QUE PODRIA HACER YO POR MI PATRIA
Desde la Revolución Francesa hasta nuestros días los
pueblos han sido en mayor o menor medida el escenario donde los seguidores de
las ideologías surgidas alrededor de la comuna libertaria, han ensayado con
resultados dispares la praxis de las mismas, incidiendo en la sociedad sucesora
de la del vasallaje de súbditos a la de otro vasallaje más sibilino y cruel.
Desde la nación prototipo de la tiranía ejercida por
los zares, surgen los primeros libertarios a los que no les queda otra
alternativa que emigrar a países europeos más permisivos con su actividad
política
Primero fue Steiner, seguido por Proudhon, y al
final Bakunin, los que marcaron las pautas de una sociedad basada en la
solidaridad y el espíritu de servicio hacia ella. Sobre estos cimientos hubiera
resultado fácil, una vez hechas las modificaciones concernientes al egoísmo
individualista, edificar una nueva manera de entender la política y la
distribución de la riqueza equitativamente. Sin olvidar el papel del Estado
como canalizador de los deseos del pueblo, agrupado en entidades naturales de
convivencia.
Sin embargo siempre han surgido inconvenientes que
han actuado como arena en los cojinetes, cuando no de máquinas destructoras.
Una de esos inconvenientes lo encarnó Carlos Marx, que después de hartarse de
escribir argumentos, resulta que la enseñanza que se saca es que fue preparando
el advenimiento de una deformación del comunismo libertario, que pomposamente
denomina revolución y que tuvo como colofón la implantación en Rusia de la
dictadura del proletariado, que no es una revolución sino una revuelta.
Revolución y revuelta no deben ser considerados como
sinónimos ni siquiera como algo parecido. No existe similitud alguna entre
ambos conceptos. La primera consiste en una transformación en el estado de las
cosas existente, ya sea del Estado o de la Sociedad, limitándose a ser un acto
político o social. La segunda implica inevitablemente una transformación del
orden establecido no toma su punto de partida en esta transformación. Parte más
bien del hecho de que las personas son seres descontentos de sí mismos. No es
un grupo de soldados, sino un cambio de los individuos, una rebelión que no se preocupa por las
instituciones que habrá de producir. La revolución, por el contrario tiene por
objeto el logro de nuevas instituciones.
Por este motivo entiendo que el comunismo científico
no ha sido justo en ningún momento de su existencia, ya que respetando las
palabras de nuestro Fundador, Carlos Marx, no tuvo como único enemigo al
liberalismo de Rousseau, que también, sino acabar con los libertarios, que eran
sus enemigos principales, ya que no discrepaban únicamente en el antagonismo
ideológico sino en los conceptos a seguir para conseguir el último tramo de la
revolución.
A mi me gustaría, todos los que me conocen lo saben,
que llevo años, subiendo a los palacios y bajando a las cárceles, intentando
remover conciencias para que no se salgan con la suya, porque como la
metástasis se extienda ya no va a haber solución y mindundis de medio pelo se
harán con el poder, de un trozo de nuestra Patria, mientras algunos siguen
emperrados en mirar para otro lado.
Camaradas, de verdad, deteneros un momento y haceros
la pregunta: ¿Qué podría hacer yo por mi Patria?
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