jueves, 8 de noviembre de 2012

ELECCIONES EN CATALUÑA O EL FINAL DE UNA EMPRESA EN COMUN





ELECCIONES EN CATALUÑA O FINAL DE UNA EMPRESA EN COMUN

Hace apenas unas horas, que el pistoletazo de salida de las elecciones catalanas ha sido dado y la maquinaria propagandística de los partidos políticos ha salido de su letargo y se ha puesto en funcionamiento.
Pero da lo mismo: la suerte está echada y con la mayoría absoluta de Convergencia y Unión, se va a poner fin a una empresa en común que ha discurrido a través de los siglos, en la que se han escrito grandes páginas para la historia, muchas de ellas por personas nacidas en el mismo sitio de la nación en donde por la traición de unos y la cobardía de otros, se ha llegado a esta situación de final irreversible.
A los catalanes, convencidos de que el resto de los españoles somos los culpables de las cifras del paro que padecen, además de la crisis económica, que les ha llevado a una deuda próxima a la bancarrota, no se van a andar con medias tintas y acudirán a votar con el fin de terminar con los que para ellos es soportar una esclavitud de no se cuantos años, porque ahora gracias a los políticos catalanes me he enterado con estupor, que Cataluña fue anteriormente una nación independiente de España.
Es vano el intento de hacerlos ver que el resto de los españoles no tienen la culpa con la política de corrupción y despilfarro llevada a cabo desde la Generalidad con los distintos gobiernos que por allí han pasado y que con astucia y engaños el muy pero que muy honorable Arturo Mas quiere eludir su responsabilidad echándole la culpas como decimos en Madrid al maestro armero.
Ha llegado el momento que en numerosas ocasiones hemos venido denunciando desde todos los foros falangistas y otras formaciones políticas que les mueve el mismo cariño hacia la Patria, que de ningún modo desean verla partida, en el que desde el siguiente día al domingo electoral, desde un balcón la plaza de San Jaime, al mas puro estilo de Cambó, Companys y compañía, el Sr. Mas anunciará solemnemente su decisión irrevocable de celebrar un referéndum dentro del tiempo que dura la legislatura, en el que si duda saldrá el sí por aclamación y ahí, habrá terminado todo: Delenda est España.
Algunos, quizás muchos, me dirán que no: que las leyes de la Comunidad Europea son claras al respecto y no les van a consentir permanecer en Europa como nuevo Estado asociado. Pues bien, creedme, que eso ni va a suponer en definitiva un obstáculo y que por consiguiente la cuatribarrada con la estrellita separatista, se sumará a las demás enseñas en las puerta de la Comunidad Europea en Bruselas.
Otros con una fe que mueve montañas, alegarán que la Constitución española es clara en ese sentido y que por lo tanto, les será imposible consumar la fechoría y para evitarla ahí están el Rey y su Gobierno como garantes de la unidad de la Nación española y poner pies en pared y si es necesario, emplear todos lo medios de que la legalidad constitucional les concede para restablecer el orden.
En este momento me vais a perdonar, que escriba lo siguiente: ¡jajajajajja!
Ahora en serio: El Sr, Mas, a mi entender ha dado ya motivos más que suficientes para ser presentado delante del Juez, imputándosele los cargo de sedición y de alta traición. En numerosos pueblos catalanes, se han declarado como entes independientes y sus alcaldes tampoco han sido puesto bajo custodia judicial y sus ayuntamientos clausurados. ¿A que espera el Sr. Rajoy? Muy fácil, a que la ruina económica sea ya un hecho público y notorio, a que los vascos recorran el mismo camino que los catalanes, y en ese momento, con gallardía y valor, presentar la dimisión como Presidente del Gobierno. Y el otro, el socio garante, pues a Cartagena.

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