miércoles, 7 de noviembre de 2012

PROPUESTA DE SOCIEDAD NACIONALSINDICALISTA




PROPUESTA DE SOCIEDAD NACIONALSINDICALISTA

Desde la atalaya en la que contemplamos, sin haber intervenido para bien o para mal, en el desarrollo de una sociedad política que poco a poco, se ha ido degenerando hasta llegar a rebasar unos límites fuera de lo normal en cualquier aspecto de la actividad pública que analicemos.
El nacionalsindicalismo aspira a que la SOCIEDAD (sociedad civil, sociedad política) sean informadas por una ética, por una moral en suma igual a la que propugnamos para el individuo, una moral (para los cristianos, cristiana) de servicio a un fin trascendente del hombre, ya sea en lo material, como en lo espiritual.
La sociedad actual, producto de la trasformación impuesta por el racionalismo burgués, primero, y manifestación más radical, después, el materialismo marxista, asiste hoy al fracaso de los principios y postulados que la informaron. Aunque los “intelectuales del sistema”, en su tarea de confundir en vez de asesorar, se resisten a reconocerlo, los mitos y las conocidas predicciones, ya sean del racionalismo, como del “realismo socialista” y del “modernismo burgués”, se han diluido en el fracaso mas estrepitoso. Nos encontramos así, en el “posmodernismo” frente al espectáculo desolador de las utopías marxistas y racionalistas y ante la inquietante posibilidad de que el retorno de los valores tradicionales que se impone, sea manipulado por los que se resisten a todo tipo de progreso y solo esperan, que la situación actual, dinamite la convivencia entre españoles y la nación salte perdida en mil pedazos, o sea reducida a un puro y estéril reaccionarismo, dado que ignoran que la historia nunca vuelve enteramente atrás, sino más bien, a una distinta perspectiva.
Cuando el progreso técnico y científico que existe ya en el mundo unido al que se vislumbra, pese al frenazo de una crisis propiciada por los amos del mundo, los grandes banqueros, en práctica por una sociedad de un hombre sin moral de fin superior trascendente, puede conducir a la destrucción total, es evidente que urge el retorno a aquellos valores tradicionales, rectamente entendidos en la armonía entre materia y espíritu, que, ciertamente, en periodos anteriores fueron estimados de forma desequilibrada. Esto es lo más importante cuando de ella, de la sociedad civil, ha de nacer la estructura del Estado y del Gobierno a su servicio.
Queremos y proponemos una sociedad imagen, espejo en el que las aspiraciones del hombre se vean reflejadas y cumplidas por la armónica atención a su doble dimensión espiritual y material y no distorsionada por la desequilibrada estimación de una y de otra. Solo así, la influencia que indudablemente la sociedad ejerce sobre el individuo, será benéfica y no destructiva como ahora acontece, sirviendo de base a la dialéctica materialista. “Son dos mil años de predicar el bien y practicar el mal” según frase marxista, lo que se argumenta para destruir esta sociedad y no se piensa que el no haber practicado lo que se predica, no invalida lo predicado, la permanente validez de aquellos valores, sino todo lo contrario, los reafirma, aunque sea necesaria una nueva y más racional interpretación, corrigiendo lo mal hecho.
La sociedad española, varia y plural, constituye una comunidad con un destino propio (J.A.), una entidad histórica diferenciada de las demás en lo universal por una propia unidad de destino , una misión a cumplir
-       Una sociedad en la que no exista otra clase que la de los españoles ni otra dignidad que la del trabajo (Hedilla)
-       Una sociedad que admita el pluralismo político como instrumento generador de ideas, siempre necesarias, que como medio de acceso al poder. Porque esto desvirtúa la alta misión de los idealistas, institucionalizando la casta interesada de los políticos.
-       Una sociedad en la que el Poder, que es delegado por ella, sea realmente ejercido por los más capacitados para ello. Y que hayan demostrado su eficacia, no tanto en la pura especulación ideológica como en la práctica social ejercida a través de las entidades naturales de convivencia cívica y de sus asociaciones.
-       Una sociedad en la que la libertad, la dignidad y la integridad, nunca pueden ser instrumentos esgrimidos para reprimir injustamente u oprimir, ni tan pocos medios para destruir la identidad nacional, patrimonio de unos pocos o de una ideología determinada.
-       Una sociedad regida por un legislativo en el que participen tanto las ideas como los intereses de forma eficaz, y en la que la función del Gobierno, elegido bajo criterios de entrega y operatividad, se limite al ejercicio de las directrices emanadas de la asamblea y al respeto de la independencia de Poderes.    

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