PROPUESTA DE SOCIEDAD NACIONALSINDICALISTA
Desde la atalaya en la que contemplamos, sin haber
intervenido para bien o para mal, en el desarrollo de una sociedad política que
poco a poco, se ha ido degenerando hasta llegar a rebasar unos límites fuera de
lo normal en cualquier aspecto de la actividad pública que analicemos.
El nacionalsindicalismo aspira a que la SOCIEDAD
(sociedad civil, sociedad política) sean informadas por una ética, por una moral
en suma igual a la que propugnamos para el individuo, una moral (para los
cristianos, cristiana) de servicio a un fin trascendente del hombre, ya sea en
lo material, como en lo espiritual.
La sociedad actual, producto de la trasformación
impuesta por el racionalismo burgués, primero, y manifestación más radical, después,
el materialismo marxista, asiste hoy al fracaso de los principios y postulados
que la informaron. Aunque los “intelectuales del sistema”, en su tarea de
confundir en vez de asesorar, se resisten a reconocerlo, los mitos y las
conocidas predicciones, ya sean del racionalismo, como del “realismo socialista”
y del “modernismo burgués”, se han diluido en el fracaso mas estrepitoso. Nos
encontramos así, en el “posmodernismo” frente al espectáculo desolador de las
utopías marxistas y racionalistas y ante la inquietante posibilidad de que el
retorno de los valores tradicionales que se impone, sea manipulado por los que
se resisten a todo tipo de progreso y solo esperan, que la situación actual,
dinamite la convivencia entre españoles y la nación salte perdida en mil
pedazos, o sea reducida a un puro y estéril reaccionarismo, dado que ignoran
que la historia nunca vuelve enteramente atrás, sino más bien, a una distinta
perspectiva.
Cuando el progreso técnico y científico que existe
ya en el mundo unido al que se vislumbra, pese al frenazo de una crisis
propiciada por los amos del mundo, los grandes banqueros, en práctica por una
sociedad de un hombre sin moral de fin superior trascendente, puede conducir a
la destrucción total, es evidente que urge el retorno a aquellos valores
tradicionales, rectamente entendidos en la armonía entre materia y espíritu,
que, ciertamente, en periodos anteriores fueron estimados de forma
desequilibrada. Esto es lo más importante cuando de ella, de la sociedad civil,
ha de nacer la estructura del Estado y del Gobierno a su servicio.
Queremos
y proponemos una sociedad imagen, espejo en el que las aspiraciones del hombre
se vean reflejadas y cumplidas por la armónica atención a su doble dimensión
espiritual y material y no distorsionada por la desequilibrada estimación de
una y de otra. Solo así, la influencia que indudablemente la sociedad ejerce
sobre el individuo, será benéfica y no destructiva como ahora acontece,
sirviendo de base a la dialéctica materialista. “Son dos mil años de predicar
el bien y practicar el mal” según frase marxista, lo que se argumenta para
destruir esta sociedad y no se piensa que el no haber practicado lo que se
predica, no invalida lo predicado, la permanente validez de aquellos valores,
sino todo lo contrario, los reafirma, aunque sea necesaria una nueva y más
racional interpretación, corrigiendo lo mal hecho.
La sociedad española, varia y plural, constituye una
comunidad con un destino propio (J.A.), una entidad histórica diferenciada de
las demás en lo universal por una propia unidad de destino , una misión a
cumplir
-
Una
sociedad en la que no exista otra clase que la de los españoles ni otra
dignidad que la del trabajo (Hedilla)
-
Una
sociedad que admita el pluralismo político como instrumento generador de ideas,
siempre necesarias, que como medio de acceso al poder. Porque esto desvirtúa la
alta misión de los idealistas, institucionalizando la casta interesada de los
políticos.
-
Una
sociedad en la que el Poder, que es delegado por ella, sea realmente ejercido
por los más capacitados para ello. Y que hayan demostrado su eficacia, no tanto
en la pura especulación ideológica como en la práctica social ejercida a través
de las entidades naturales de convivencia cívica y de sus asociaciones.
-
Una
sociedad en la que la libertad, la dignidad y la integridad, nunca pueden ser
instrumentos esgrimidos para reprimir injustamente u oprimir, ni tan pocos
medios para destruir la identidad nacional, patrimonio de unos pocos o de una
ideología determinada.
-
Una
sociedad regida por un legislativo en el que participen tanto las ideas como
los intereses de forma eficaz, y en la que la función del Gobierno, elegido
bajo criterios de entrega y operatividad, se limite al ejercicio de las
directrices emanadas de la asamblea y al respeto de la independencia de
Poderes.
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