QUE NO SE PREOCUPE NADIE, ES SOLO UNA SECESION ¡NO
PASA NADA!
Ni en mis peores pesadillas podía imaginar que el
Parlamento de España sirviese como órgano de difusión de ETA.
Hace unos días, al producirse la detención de una de
las serpientes de la boina y el tiro en la nuca, no había pasado mas de unos
minutos, cuando el portavoz de los hijos de perra salió a la palestra
protestando por tamaña injusticia, y no lo hizo en algún foro próximo, eligió
el Congreso de los Diputados donde en vez de desalojarlo a patadas se le
concedió el privilegio de expresarse en los términos que consideró oportuno.
“Tranquilito”, preocupado por la ruina económica a
la que nos han llevado seguro que no tuvo conocimiento del hecho, y si lo tuvo,
como es preceptivo lo ignoró. Diga que sí, Don Mariano, primero el asunto de
los cuartos.
Y ahora, el atropello que habrá hecho maldecir de
indignación a todo español que se precie y vea como han tomado el Congreso y, a
continuación, tomarán el poder y tras la consulta popular, proclamar la
independencia.
Allí ha estado, el animal catalán del pelo
ensortijado, para hacer suya la idea y extrapolarla a Cataluña.
Y lo más curioso es que estoy seguro que eso es tan
solo una bravata; están jugando al mus y han echado órdago con treinta y tres.
Yo les diría: anda, chulo, convoca el referéndum que nos vamos a reír un rato.
Y es que ni el pueblo catalán ni el vasco están por
la labor de separarse de la empresa en común iniciada hace siglos. Que saben,
porque no son tontos, que en la Europa actual, no tendrían acoplamiento posible
y en el caso de los vascos mucho menos. Una Albania en el siglo XXI no la
aceptaría nadie.
No obstante hay que estar alerta. Como he dicho en
bastantes ocasiones nací a la vera del rastro y conozco a los trileros, pero
como estos, ninguno. Ah eso si, cuentan con un pardillo, “Tranquilito Rajoy”. Y
ahora, queridos camaradas, ¿Qué hacemos? ¿Esperamos la llegada del Mesías?, o
nos lanzamos a la calle a explicar que hay otra opción mas valida, y que el
Parlamento es un nido de felones