EL ODIO INMORTAL
A nadie nos va a pillar de improviso la iracunda
reacción de la izquierda mas rancia nada mas acceder al poder el Partido
Popular. Tras un breve preámbulo para tomar fuerzas, Lenin dixit: dos pasos
adelante y uno atrás, los marxistas/capitalistas han reaparecido y amenazan con
hacer irrespirable, la atmósfera política española.
Anclados en el estalinismo mas exacerbado, ese que
por cruel y caduco, ha sido erradicado de los países en los que ha ejercido su
dictadura se disponen a hacer lo que
siempre han ejecutado como maestros: tomar las calles sembrándolas de terror.
En principio les dio por perturbar la labor docente en la comunidad de Madrid;
posteriormente las revueltas de los cachorros del 15M y en la actualidad, su
tema preferido es presentar al camarada Garzón como víctima de la justicia
reaccionaria. ¿De verdad, alguien puede creerlos? Baste mirar de que guisa iban
vestidos para tener la evidencia de que los verdaderos reaccionarios, los que
gustosamente nos obsequiarían con una Cuba a la española, son ellos.
Los “chibiris” en estado de hibernación en el
reducto del camarada Gordillo en Marinaleda, están como Drácula al caer la
noche: despertando. Las agrupaciones esparcidas por toda la geografía, ya
preparan los palos para agredir y la silicona para taponar cerraduras que
impidan a los trabajadores que no estén de acuerdo con sus planteamientos
ejercer su derecho constitucional de acudir a sus trabajos.
La fecha clave ya está escrita en el calendario de
Cayo Lara y sus adláteres: será el día que el Gobierno Rajoy, apruebe la
reforma laboral, con la que por supuesto
la mayoría no vamos a estar de acuerdo.
En honor a la verdad, confieso que desde mis tiempos
de vida laboral en la multinacional madrileña, cada vez que los responsables de
CCOO, planteaban una huelga o algo similar, inmediatamente levantaba la mano
diciendo: “No estoy de acuerdo.” Y es que la experiencia me había enseñado que
los comunistas no dan puntada sin hilo y que tras una propuesta por cualquier tema, siempre llevaba implícito
algún truco que solo a ellos beneficiaría.
Ahora ocurre lo mismo. Si analizamos las medidas contra
los de siempre Rajoy va a adoptar, repudiamos las mismas. Si nos sentimos representados
por las soluciones de las centrales mayoritarias, decimos que tampoco.
La calle va a ser un polvorín, con los cantos de
sirena independentistas y los huelguistas tomando las calles.
Y pido disculpas; pero los recientes acontecimientos
en forma de declaraciones como las del maltratador Eguiguren, me obliga, por
enésima vez, a formular la misma pregunta. Sr. Rajoy: ¿Qué va Vd. A hacer, para
parar la sedición de Vascongadas y Cataluña?