martes, 31 de enero de 2012

El odio inmortal


EL ODIO INMORTAL

A nadie nos va a pillar de improviso la iracunda reacción de la izquierda mas rancia nada mas acceder al poder el Partido Popular. Tras un breve preámbulo para tomar fuerzas, Lenin dixit: dos pasos adelante y uno atrás, los marxistas/capitalistas han reaparecido y amenazan con hacer irrespirable, la atmósfera política española.
Anclados en el estalinismo mas exacerbado, ese que por cruel y caduco, ha sido erradicado de los países en los que ha ejercido su dictadura  se disponen a hacer lo que siempre han ejecutado como maestros: tomar las calles sembrándolas de terror. En principio les dio por perturbar la labor docente en la comunidad de Madrid; posteriormente las revueltas de los cachorros del 15M y en la actualidad, su tema preferido es presentar al camarada Garzón como víctima de la justicia reaccionaria. ¿De verdad, alguien puede creerlos? Baste mirar de que guisa iban vestidos para tener la evidencia de que los verdaderos reaccionarios, los que gustosamente nos obsequiarían con una Cuba a la española, son ellos.
Los “chibiris” en estado de hibernación en el reducto del camarada Gordillo en Marinaleda, están como Drácula al caer la noche: despertando. Las agrupaciones esparcidas por toda la geografía, ya preparan los palos para agredir y la silicona para taponar cerraduras que impidan a los trabajadores que no estén de acuerdo con sus planteamientos ejercer su derecho constitucional de acudir a sus trabajos.
La fecha clave ya está escrita en el calendario de Cayo Lara y sus adláteres: será el día que el Gobierno Rajoy, apruebe la reforma laboral, con la  que por supuesto la mayoría no vamos a estar de acuerdo.
En honor a la verdad, confieso que desde mis tiempos de vida laboral en la multinacional madrileña, cada vez que los responsables de CCOO, planteaban una huelga o algo similar, inmediatamente levantaba la mano diciendo: “No estoy de acuerdo.” Y es que la experiencia me había enseñado que los comunistas no dan puntada sin hilo y que tras una propuesta  por cualquier tema, siempre llevaba implícito algún truco que solo a ellos beneficiaría.
Ahora ocurre lo mismo. Si analizamos las medidas contra los de siempre Rajoy va a adoptar,  repudiamos las mismas. Si nos sentimos representados por las soluciones de las centrales mayoritarias, decimos que tampoco.
La calle va a ser un polvorín, con los cantos de sirena independentistas y los huelguistas tomando las calles.
Y pido disculpas; pero los recientes acontecimientos en forma de declaraciones como las del maltratador Eguiguren, me obliga, por enésima vez, a formular la misma pregunta. Sr. Rajoy: ¿Qué va Vd. A hacer, para parar la sedición de Vascongadas y Cataluña?
  

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