viernes, 2 de noviembre de 2012

PROPUESTA NACIONALSINDICALISTA DE POLITICA GENERAL



PROPUESTA NACIONALSINDICALISTA DE POLITICA GENERAL

Introducción

“A LOS FALANGISTAS”
Cuando afirmamos que “el hombre es el sistema” no estamos haciendo una formulación política en sentido estricto, sino una afirmación de la filosofía que informa nuestro modo de entender la praxis política. De la misma forma, cuando se afirma que “el hombre es portador de valores trascendentes, o que lo consideramos conjunto de un cuerpo mortal y un alma inmortal, no estamos haciendo una afirmación u oferta política, sino una mera enunciación de los principios filosóficos que informan todas nuestras determinaciones políticas. Creemos que es a partir de estos postulados igualmente básicos, referidos al Estado, a la familia, al sindicato, al trabajo, a la propiedad, etc. Desde donde tenemos que comenzar a elaborar normas que posibiliten su cumplimiento y evidencien su acatamiento no formal, sino práctico, toda la teoría sobre la estructura del Estado y de la sociedad que ofertamos… Sin embargo nos debemos preguntar: ¿Se ha avanzado algo por este camino desde las primeras formulaciones nacionalsindicalistas al principio de nuestro caminar?
El falangista por regla general se gasta estérilmente en la corta cosecha de sus principios , que son más filosóficos que políticos, sin dar un dar un paso adelante en la elaboración de una oferta concreta del Estado que postula así como de las instituciones sociales que lo harían posible.
Tal vez en más de un caso, conscientes de la dificultad que entraña un coherente desarrollo político de su filosofía, elude toda responsabilidad ante los que le están demandando y se encierra en la coraza de sus principios básicos, torre de marfil que le hace heredero, por igual, de sistemas que los utilizaron interesadamente. Quizás en muchos casos por una concepción manipulada de la política, el falangista rechaza su participación en la construcción teórica y práctica de la estructura del Estado lo que le conduce a su aislamiento del proceso de desarrollo político que en la sociedad se da permanentemente y en el que nos encontramos ahora de forma mas acusada. Lo cierto en uno y otro caso, es que la responsabilidad de esta situación real cabe exigirla a quienes dirigieron de alguna forma el nacionalsindicalismo en las pasadas décadas, sin saber distinguir entre la política y los partidos políticos; entre política y derechas e izquierdas. Como lo describe Ramiro, la POLITCA es un “haz de hechos que los hombres proyectan sobre un pueblo” y la política, haz de palabras, cambalaches y engaños que unos hombres proyectan sobre un pueblo; pero aún siendo así que la responsabilidad mayor de la indigencia política del falangista radica en sus cuadros dirigentes, ¿No habrá también parte de culpa en las bases que no exigieron aquella distinción por encima de lealtades interesadas?
De este modo conviniendo que el hombre es el sistema (J.A.) o aquello que el hombre es la medida de todas las cosas, cabe preguntarse ¿Qué hombre? ¿Quizás el hombre masa de la teoría marxista? ¿El superhombre nietscherano? ¿O el individualista de Bakunin? Y en función de cualquiera de ellos ¿Cuál será el sistema más apropiado, el que mejor se conforme con esta diversidad?
Nosotros pensamos que es el Nacionalsindicalismo por su flexibilidad política, por su racionalidad científica en lo económico y porque elaborado en base a la concepción integral del hombre es el que mejor responde a las exigencias de su doble dimensión humana y trascendente.

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