PROPUESTA NACIONALSINDICALISTA DE POLITICA GENERAL
Introducción
“A LOS FALANGISTAS”
Cuando afirmamos que “el hombre es el sistema” no
estamos haciendo una formulación política en sentido estricto, sino una
afirmación de la filosofía que informa nuestro modo de entender la praxis
política. De la misma forma, cuando se afirma que “el hombre es portador de
valores trascendentes, o que lo consideramos conjunto de un cuerpo mortal y un
alma inmortal, no estamos haciendo una afirmación u oferta política, sino una
mera enunciación de los principios filosóficos que informan todas nuestras
determinaciones políticas. Creemos que es a partir de estos postulados
igualmente básicos, referidos al Estado, a la familia, al sindicato, al trabajo,
a la propiedad, etc. Desde donde tenemos que comenzar a elaborar normas que
posibiliten su cumplimiento y evidencien su acatamiento no formal, sino práctico,
toda la teoría sobre la estructura del Estado y de la sociedad que ofertamos…
Sin embargo nos debemos preguntar: ¿Se ha avanzado algo por este camino desde
las primeras formulaciones nacionalsindicalistas al principio de nuestro
caminar?
El falangista por regla general se gasta estérilmente
en la corta cosecha de sus principios , que son más filosóficos que políticos,
sin dar un dar un paso adelante en la elaboración de una oferta concreta del
Estado que postula así como de las instituciones sociales que lo harían
posible.
Tal vez en más de un caso, conscientes de la
dificultad que entraña un coherente desarrollo político de su filosofía, elude
toda responsabilidad ante los que le están demandando y se encierra en la
coraza de sus principios básicos, torre de marfil que le hace heredero, por
igual, de sistemas que los utilizaron interesadamente. Quizás en muchos casos por
una concepción manipulada de la política, el falangista rechaza su
participación en la construcción teórica y práctica de la estructura del Estado
lo que le conduce a su aislamiento del proceso de desarrollo político que en la
sociedad se da permanentemente y en el que nos encontramos ahora de forma mas
acusada. Lo cierto en uno y otro caso, es que la responsabilidad de esta situación
real cabe exigirla a quienes dirigieron de alguna forma el nacionalsindicalismo
en las pasadas décadas, sin saber distinguir entre la política y los partidos
políticos; entre política y derechas e izquierdas. Como lo describe Ramiro, la
POLITCA es un “haz de hechos que los hombres proyectan sobre un pueblo” y la
política, haz de palabras, cambalaches y engaños que unos hombres proyectan
sobre un pueblo; pero aún siendo así que la responsabilidad mayor de la
indigencia política del falangista radica en sus cuadros dirigentes, ¿No habrá también
parte de culpa en las bases que no exigieron aquella distinción por encima de
lealtades interesadas?
De este modo conviniendo que el hombre es el sistema
(J.A.) o aquello que el hombre es la medida de todas las cosas, cabe
preguntarse ¿Qué hombre? ¿Quizás el hombre masa de la teoría marxista? ¿El
superhombre nietscherano? ¿O el individualista de Bakunin? Y en función de
cualquiera de ellos ¿Cuál será el sistema más apropiado, el que mejor se
conforme con esta diversidad?
Nosotros pensamos que es el Nacionalsindicalismo por
su flexibilidad política, por su racionalidad científica en lo económico y
porque elaborado en base a la concepción integral del hombre es el que mejor
responde a las exigencias de su doble dimensión humana y trascendente.
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