LA FAMILIA PILAR BASICO EN EL NACIONALSINDICALISMO
Nos reafirmamos en la consideración de la familia
como pilar básico de la estructura política del nacionalsindicalismo y que,
como tal, debe ser objeto de atención preferente en función de su calidad de
“elemento natural y fundamental de la sociedad, a tal efecto suscribimos la
Declaración Universal de Derechos Humanos proclamada por la Asamblea General de
las Naciones Unidas el 10 de diciembre de 1948. Entendemos, sin embargo, que a
cada una de sus dimensiones (material y espiritual) corresponde una escala de
valores distinta: unos inmutables e inconmensurables, como derivados de su
cualidad espiritual, otros mudables y medibles, como generados por su relación
social.
Aun cuando la familia suele ser considera en muchos
casos como simple unidad de producción o unidad de consumo, bajo un prisma
puramente materialista, nosotros la estimamos principalmente como la célula
natural primera de la sociedad en que se inicia la educación del nuevo ser y en
la que el individuo comienza a realizarse como persona en el afecto y la
fraternidad.
La familia, que es anterior al Estado, es también, y
lo destacamos, primera entidad natural con proyección política en cuanto
atiende y genera unos derechos, intereses concretos que debe defender y para
los que es imperativa la apretura de unos cauces que le permitan llegar con su
representación ante el Estado de forma directa como factor económico y social.
Por todo ello nos reafirmamos en la defensa de la
familia y en la estimación de sus derechos, que si son posteriores a los de la
persona, son anteriores a los del Estado, aunque subordinados a la disyuntiva a
los de la comunidad social en que se integra. El Estado mandatario de la
sociedad, respecto de la familia ejercerá su papel limitador de los actos de la
familia de forma ponderada, armonizando intereses generales y también los del
individuo y su familia.
La
familia, desde Engels, con su libelo los Orígenes de la familia y desde los
pensadores racionalistas y liberales, ha venido siendo objeto de un demoledor
acoso para destruirla o degradarla en sus contenidos. Es evidente, tanto para
el racionalismo burgués como para el materialismo marxista, que la familia es
célula básica de la sociedad y por tanto, objetivo primero en la demolición de
la estructura social.
No
pretendemos reivindicar aquel modelo de familia tipo de la Edad Media aunque
tuviese valores que deben conservarse en que constituía un pequeño estado
totalitario, ni tampoco las exaltaciones coyunturales de un Donoso Cortés, un
Aparisi, un Maura, etc. Pero si resaltar el interés de que últimamente viene
siendo objeto.
Por último decir que entendemos la familia como la
unión estable según sus creencias religiosas o éticas de un hombre y una mujer,
que deberán atender de forma prioritaria al cuidado de su prole.
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