LA EDUCACION ESPERANZA DE FUTURO
La educación, junto a la sanidad y la separación de
poderes constituye la trilogía ideal para asegurar la presencia de la
democracia en una nación.
Concretamente la educación, ha supuesto el campo de experiencia
para los dos partidos de alternancia en el poder, y poner a los profesores,
alumnos y padres al borde del ataque de nervios o de ira, como prefieran.
En los más de treinta años de partitocracia hemos
tenido tantos planes educativos como gobiernos hayan pasado. Lo primero que han
hechos unos y otros; mas unos que otros, al llegar al poder ha sido adaptar la
educación de los jóvenes españoles a las directrices de sus partidos.
Maravilloso.
Existe una nación en Europa, Finlandia en concreto,
que con una altura de miras envidiable, aprobó un programa de educación para
los próximos veinticinco años, independientemente del color político del
partido en el gobierno.
Aquí se ha dado la circunstancia de que un gobierno
ha cubierto su ciclo sin que su propuesta educativa entrase en vigor. Por lo
que se ve, ninguno se ha parado a razonar sobre si algún capítulo del plan a
eliminar lo pudiesen asumir como propio. Perdón, me he distraído un poco y he
escrito una pequeña tontería.
En la actualidad las competencias en educación en
poder de las autonomías, son utilizadas como plataformas de formación
ideológica que me rio yo de la del Espíritu Nacional en tiempo del general.
Se hace necesario que los políticos, aunque sea
mínimamente asuman su poder de gestores y preparen una ley para la educación a
consensuar con el otro mayoritario, que garantice a alumnos y profesores una
vigencia de años y no de periodos de mando.
La dispersión de criterios, cada autonomía tiene
materias propias, y en especial los que tienen lengua autóctona, son en parte
responsables del fracaso escolar de los alumnos españoles que están situados en
el pelotón de los torpes en la calificación de la Comunidad Europea.
En la actualidad el PP se había comprometido a terminar
con la aberración de la asignatura Educación para la Ciudadanía, pero no es
suficiente. Urge que los dos partidos que mas votos han alcanzado, se reúnan al
objeto de crear una comisión de personas que tengan las aptitudes necesarias
para confeccionar un plan de estudios y que una vez finalizado su trabajo, se
presente al Parlamento para su aprobación por un periodo de tiempo nunca
inferior a los veinte años.
El problema es quien le pone el cascabel al gato y
por una vez, los políticos se muestren a la altura de las circustancias
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