lunes, 12 de noviembre de 2012

DIAS CRUCIALES





DIAS CRUCIALES

Vamos a entrar en unos días cruciales donde España y los españoles nos jugamos el ser o no ser como nación, acompañado por una situación económica que ya no admite más demora: o el Presidente del Gobierno acomete la reorganización territorial del Estado que nos exige Europa, o por el contrario, nos veremos abocados a la quiebra sin más paliativos. Los del frac no aguantan mucho más.
En lo referente al futuro como nación, las elecciones catalanas van a marcar un antes y un después en su relación con el resto del Estado. El muy pero que muy honorable Arturo Más no pasa un día sin que no eche alguna flor sobre el resto de sus compatriotas. La última es como para nota: “Los españoles han cobrado las pensiones gracias a la solidaridad de Cataluña” Y yo sin enterarme a quien debo agradecer el poder comer todos los días.
El tema cada vez se enquista más y el aspirante a Presidente del engendro, a la vista de la pasividad del gobierno central, se crece por momentos. Pero poco podemos hacer y no nos queda otra que ser testigos presenciales del crimen de lesa patria, sin poder hacer nada para evitarlo.
El otro acontecimiento es la huelga general convocada por las centrales llamadas mayoritarias para pasado mañana catorce de noviembre. Luego me referiré a la justeza de la convocatoria y la opinión que particularmente me merece. Pero antes, debo referirme al perjuicio que se va a causar al mundo del trabajo cuando los asalariados sufran la mordida correspondiente en sus ya exiguas nóminas.
Me voy a olvidar quienes son los convocantes, no quiero saber que la huelga quien verdaderamente la planean son los partidos de izquierdas para acoso y derribo del gobierno. No voy a escribir sobre la actitud de los llamados piquetes informativos que de lo único que te informan es de los mamporros que te van a propinar en el caso de que te niegues a secundar la huelga. De todo ello me voy a abstraer y entonces, sí: la huelga además de justa es necesaria.
Pero todos hablan de denuncias; de lo mal que lo está haciendo el Gobierno, lo cual es muy cierto, es verdad. Entre otras cosas no les ha quitado totalmente las subvenciones para que tengan que subsistir con el importe de las cuotas de sus afiliados.
La huelga, dicen, que no es política, en ese caso, ¿Cómo podría explicarse que el objetivo a a lograr sea  la dimisión de Rajoy y convocatoria de elecciones. ¡Ja! Y en ese caos ¿Quién? ¿Rubalcaba? ¿O montamos un mini frente popular que nos redima de la dominación de la derecha?
Todos estos supuestos son los que los convocantes de la huelga deben dejar claro antes de embarcar al pueblo en la aventura.
Como soy consciente que muchos de mis camaradas ven propicio el convocar una huelga en contra del gobierno Rajoy, me permito sugerir lo siguiente: Salgamos todos a la calle, desde la ciudad más grande al punto más alejado, y escondido de nuestra geografía. Y allí, sin banderas tricolores, sin banderas con herramientas, sin retratos del pacifista de la boina, permanezcamos en las mismas hasta conseguir que desde el primero hasta el último de los culpables no haya abandonado su cargo, Fuera, todos los parásitos, incluidos aquellos que amparados en una falsa intelectualidad, por no hacer bien, no hacen ni su trabajo, que es producir películas con un mínimo de calidad deseable, que desde la entrada de la libertad, solo nos han obsequiado con unas cintas que vista una, se ven todas: sexo y drogas. ¡Sois unos incompetentes!
A esa huelga, me apunto desde ya, pero como los he soportado durante toda la transición con la misma cantinela, pues no me fio. Si a la huelga no a sus patrocinadores.

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