viernes, 10 de agosto de 2012

¿Estamos seguro de saber lo que queremos?





¿ESTAMOS SEGURO DE SABER LO QUE QUEREMOS?

En los últimos tiempos se están produciendo acontecimientos, que a causa del estado de ansiedad que existe en toda la población y la urgencia de encontrar la solución idónea que alivie sus inquietudes están sembrando la confusión y en nuestro caso, confundir acciones y propuestas ajenas, haciéndolas aparecer como si fueran de nuestro posicionamiento ideológico, cuando quizás no las propuestas en si, que podrían aceptarse en algunos conceptos incluso ser asumidas por ajustarse a criterios revolucionarios, sino los voceros de ellas, cuyo objetivo final dista mucho de ser el que nosotros deseamos.
Primero apareció Anguita al que solo faltó vestirlo de azul Mahón con las cinco flechas bordadas. Habló y dejó claro la parte de los conceptos con los que nosotros sin duda estaríamos de acuerdo. Habló de la regeneración de la sociedad, que es verdad que España necesita y de una política social tendente a que el rico sea menos rico y el pobre menos pobre. Abogó por la reforma de la ley electoral, lo cual no olvidemos interesa a Izquierda Unida y reivindicó el cambio de monarquía a república, con el que estaríamos de acuerdo en caso de que el modelo de república propuesto, fuese la de una social, comunera y autogestionaria y no creo que el califa rojo estuviese por la labor.
Anguita es comunista, de acuerdo que íntegro pero sus ideas (creo yo) están en las antípodas de las nuestras.
Y si nos atenemos a la configuración del estado en sí la cosa está diáfana: como encajaría el nacionalsindicalismo en un régimen de corte federal.
Al mismo tiempo se nos presentan con una capa democrática Mario Conde Alejo y compañía. Que creo que no creo fuesen muy partidarios de la distribución de la plusvalía del trabajo por poner un ejemplo.
Y al fondo de todo ello, el alcalde de Marinaleda, al que la visita que hizo a Venezuela le sirvió para aclarar la fórmula a emplear a su vuelta a España. Y a fe cierta que ha aprendido la lección.
De Gordillo ya he hablado lo suficiente y todo el mundo conoce la opinión que me merece. Lo que me preocupa, lo que me causa temor, es la reacción que se ha producido desde muchos sectores justificando la tropelía marxista.
Y lo que menos me ha gustado es que a los que no estamos de acuerdo con la forma y el objetivo del alcalde, nos acusen de estarlo con el carácter capitalista de los lugares asaltados.
Y no es eso. Estoy de acuerdo que Mercadona, pongamos de ejemplo efectúa una política socialmente capitalista, a la que queremos derrotar. Pero derrotar para instaurar un sistema de reparto de a plusvalía, que el Sr. Sánchez Gordillo dudo mucho que asumiría.
Lo que este hombre ha hecho, no ha sido otra cosa que iniciar una labor populista con la que o estamos muy atentos o por el contrario va a originar enfrentamientos con violencia y dolo.
Ahora que cada cual, analice su posicionamiento y haga los que quiera, pero que luego no se llame a engaño. Derrotar al sistema capitalista, por supuesto, pero servir de coro de un iluminado, nunca. Ahora mas que nunca, REVOLUCION NACIONALSINDICALISTA

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