OBJETIVO, DESMANTELAR EL CIRCO DE LAS AUTONOMIAS
Parece ser que el sentido común ha vuelto y la
mayoría del pueblo español desea el final de la configuración del llamado
estado de la autonomías, que no es otra cosa que la chapuza que se inventó
Adolfo Suárez, el político mas nefasto que ha soportado España en el Siglo XX;
y mira que ha habido donde elegir.
Todo lo que se diga de malo de la carrera política
de este hombre será poco si se compara con el daño que con su actitud provocó
en su día a la nación española, con la complacencia del Borbón de turno.
Lo que en principió se presentó como una
descentralización encaminada a simplificar la praxis política, con el paso del
tiempo, se convirtió en el reducto ideal para ejercer el virreinato en los
diecisiete reinos de taifas esparcidos por toda la geografía.
No me voy a meter con el derroche, la corrupción, la
prevaricación y demás lindezas cometidas por los que nos han llevado a la
ruina. Primero, porque es de sobra conocido por todos y segundo, porque no se
solucionaría el problema.
Lo importante es terminar con el derroche y volver a
un estado racional de gobernar a España.
El problema radica, en que el mal está enraizado y
cada vez que alguien propone un final mas o menos profundo del desatino, los
políticos afectados ponen el grito en el cielo y montan la falacia de que los
ciudadanos es el régimen que desean. Pero la realidad es, que los que no
quieren que se acabe son los que viven a costa de ellas en la práctica de la
dedocracia regida por fidelidades interesadas.
Tanto el gobierno como la oposición no quieren cambiar
de régimen. Lo que no explican de una manera clara, es que nuestros acreedores
quieren cobrar y están convencidos, que con el derroche autonómico actual sería
imposible, razón por la que instan una y otra vez al gobierno a que actúe en
consecuencia.
Como siempre ante un problema de tal magnitud las
medias tintas lo único que provocan es mas confusión.
Si de verdad el Sr. Rajoy desea que se le recuerde
por algo que al final le redima de tanto error, la solución la tiene en sus
manos: presentar la dimisión y que sea otra persona con mas decisión, la que de
acuerdo con lo que dispone la Constitución al respecto, intervenga las
autonomías y convoque unas Cortes Constituyentes que acometan las reformas que
una vez aprobadas por el Parlamento sean refrendadas por el pueblo español a
través de un Referéndum.
Alguien podrá pensar que este supuesto es imposible
por la presencia de los separatistas y yo les contesto, que se lean
Constitución, que tiene los mecanismos necesarios para llevarlo a cabo
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