ACUERDO DE
MINIMOS ENTRE LAS FORMACIONES FALANGISTAS
El camarada Antonio Corpas ha tenido la iniciativa
de proponer una encuesta en la que se pregunta, si sería bueno un acuerdo sobre
mínimos entre las organizaciones falangistas, o por el contrario si es mejor
continuar como hasta ahora.
Todo lo que sea propugnar la unidad me parecerá
siempre bien, pero a la vez me preocupa que la pregunta así como la respuesta
que se pueda dar, no aclarare aspectos importantes que previamente tendrían que
abordar todos los que estuviesen dispuestos a comenzar una singladura conjunta.
Me consta que entre los falangistas no soy
sospechoso de desviacionismo, y puede dar fe el camarada Pedro Revenga de la
lucha que me traigo por revivir el ESPIRITU de la Auténtica. Pero solo el
espíritu o por decirlo de otra manera el contenido y no el continente.
Por desgracia, nuestras camisas, himnos y banderas,
producen rechazo en la sociedad española. No las quieren y no es momento de
buscar culpables por este rechazo y sí, de tomar nota y optar por otra
estrategia, que sin perder ni renunciar a nada ideológico, dejemos aparcado por
un tiempo la parafernalia y lo que no sea vital para la consecución de nuestros
objetivos.
Si el principio de acuerdo de mínimos se hiciese
teniendo en cuenta estas premisas, estaríamos más cerca de que la desengañada
sociedad española nos prestase, primero su atención y luego, si nuestras
actitudes y aptitudes fuesen las idóneas de acuerdo con los tiempos actuales,
sumarse a nuestra propuesta de modelo de convivencia.
De este modo no daríamos opción a todos aquellos que
no quieren reconocer que lo que nos sobra, a lo que tenemos que renunciar, no
obsta para poder llevar a cabo lo que todos anhelamos como es el triunfo de la
revolución. Y de verdad, que a mi no me importa o no lo considero importante,
la camisa que lleve puesta.
Tampoco me paro a pensar, quien o quienes estarían
dispuestos a unirse, solo con una premisa, la carta de intenciones para el
acuerdo debe de ser nítida y que no esté sujeta a falsas interpretaciones. O lo
que es lo mismo, que se ajuste a un espíritu revolucionario. Al mencionar a la
derecha, de verdad, que cierro los ojos y veo a mis antiguos camaradas de
conserje u ordenanza en cualquier organismo público. Y eso, jamás. Y por otro
lado, no podemos omitir, que la izquierda no nos puede aceptar porque somos sus
rivales revolucionarios y no colaborarán con nosotros a no ser para tratar de
aniquilarnos. Que no se le olvide a nadie.
Dicho esto, por supuesto que apoyo la iniciativa a
Antonio Corpas y me pongo a su disposición para todo lo que él pueda necesitar
de mi.
Que se convenzan los incrédulos no es ninguna
reposición ni refundación, ni grupo nuevo, Es que a la Falange se le ha lavado
la cara.
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