viernes, 13 de julio de 2012

Ideario básico del nacionalsindicalismo

Como homenaje al maestro de la doctrina nacionalsindicalista que a mi modesto entender ha sido uno de los ideólogos mas grandes que ha pasado por las filas falangistas VICENTE MARTINEZ PARRA ¡PRESENTE! Espero que des tu conformidad desde tu lugar en los luceros.
Este y no otro es el espíritu de la Autentica



IDEARIO BASICO DEL NACIONALSINDICALISMO
I

E T I C A

REVOLUCION MORAL
1.-El Movimiento Nacional Sindicalista, sin inmiscuirse en la intimidad personal ni imponer obligaciones religiosas a nadie, procurará mantener su modelo de actuación en los principios de la ética cristiana, marco idóneo para inspirar a la persona humana en una moral y felicidad y para dotar a la sociedad de las pautas de una convivencia armoniosa y pacífica.
2.- El Movimiento Nacional Sindicalista, considera que el bienestar y el bienser son ingredientes inseparables, tanto para el logro de la satisfacción personal en el mundo, como para bien común de la sociedad. De ahí la necesidad de fomentar la cultura y la virtud y de impulsar la prosperidad material y la salud.
3.- El Movimiento Nacional Sindicalista, entiende que el hombre ha de ser dueño de las cosas y de las pasiones, sujetándolas a su voluntad racional y que nadie debe ser instrumento de otro. Que la persona tiene un valor en sí misma y no solo por su función o rendimiento. Que cada ser humano tiene una misión propia e intransferible en el mundo y en la eternidad; que su dignidad y destino transcienden mas allá del espacio y del tiempo. Que el hombre se desenvuelve en sociedad, lo que justifica el deber de servicio y participación en la comunidad. Por ello el Movimiento Nacional Sindicalista, proclama y defiende el respeto a la libertad, integridad, dignidad y responsabilidad de la persona humana.
4.- Rechazamos la moral materialista, en cualquiera de sus versiones, porque degradan al ser humano, con riesgo de sumirlo en la angustia, el hastío, la desesperación o el embrutecimiento. Condenamos la alineación materialista, que convierte a las personas en factores económicos sin otro valor; en meros utensilios, en esclavos de las cosas, en juguetes de los apetitos inferiores y de las sensaciones corporales, en competidores adversarios por el poder, el gusto o la riqueza, en explotadores o explotados, en opresores u oprimidos.
5.- Frente a la moral del beneficio egoísta y la competencia, propugnamos la moral del servicio, la cooperación y la solidaridad.
6..- Serán imperativos definidores de nuestro estilo: la abnegación, la entrega, la veracidad y la alegría; el anhelo y la actividad constante de perfección; la fidelidad al ideario revolucionario; la sencillez y la valentía. Preferimos la actuación directa y abierta. Detestamos las actitudes retorcidas, tibias, claudicantes y medrosas.
7.- Proclamamos la veracidad y la autenticidad como norma y método de nuestra conducta y como valor necesario para la convivencia.
8.- Detestamos la violencia; pero no renunciamos a su empleo prudente en legítima defensa, cuando por la violencia o por la insidia se nos ataque y cuando así se atente contra el bien de las personas, del pueblo o de la Patria. Condenamos el empleo de la violencia, física o moral, como instrumento de agresión, injusticia y corrupción, y contra ello lucharemos.
9.- Entendemos que lo espiritual es el funcionamiento decisivo para la vida digna de los hombres y de los pueblos. Frente a la corrupción general de la conciencia moral y las costumbres de la sociedad, urge alumbrar un renacimiento de los valores universales permanentes del espíritu, que inspire la ordenación del bien común en todos los aspectos de la convivencia.
10.- El Movimiento Nacional Sindicalista, proclama que sus fines obedecen a una ley de amor, de unidad y de superación fecundos, porque aspira a una revolución de fraternidad, que rompa las barreras de egoísmo y las opresiones de abuso, coacción y envilecimiento, que impiden el abrazo solidario y la elevación de las personas en bienestar y en bienser.

II

SISTEMA ECONOMICO

1.- La riqueza y las actividades económicas tienen como primer destino mejorar las condiciones de vida de cuantos integran el pueblo. Todo intento de utilizarlas en un principio a favor de intereses mezquinos o parciales deberá ser atacado sin contemplaciones. La economía debe contribuir a la dignificación de las personas y no ser instrumento de degradación y envilecimiento. El disfrute y desarrollo armónico de la riqueza nacional, exigen la difusión equitativa y racional de los recursos, compensando las deficiencias que las distintas regiones pueden tener en determinados sectores.
2.- Hay que conferir a la persona humana, en virtud de su dignidad y de su trabajo la primacía en el sistema económico.
3.- La propiedad privada debe ser en esencia la proyección y poder directos del hombre sobre las cosas, fundados en su trabajo y en el cumplimiento o satisfacción de una función personal y legítima.
3 a.- Por lo general, en el supuesto de que varios individuos proyecten conjuntamente sus personalidades sobre una cosa, utilizándola de modo regular para su común servicio o provecho, la propiedad privada debe corresponderles mancomunadamente a todos ellos. Tal es el caso de la familia, respecto a la vivienda y a los bienes domésticos y de los trabajadores de una misma empresa, respecto a los medios de producción.
3 b.- La propiedad privada es un atributo elemental humano, garantía de la libertad personal y medio para satisfacer las necesidades y aspiraciones particulares de una vida digna en armonía con la comunidad.
            3 c.- El capitalismo es contrario a la propiedad privada, a la que ataca en su esencia. El capitalismo liberal, motivado por el individualismo egoísta, niega de hecho la propiedad a la mayoría en provecho de unos pocos; el capitalismo estatal fundado en la anulación de la personalidad, niega la propiedad a todos.
4.- El dominio sobre las cosas solo se justifica por la legitimidad de la función o destino en que se emplean. Las formas de propiedad de los bienes deben ajustarse a las funciones a que estén dedicados preferentemente.
            4 a.- Lo bienes de uso y consumo particular habrán de ser propiedad de quienes debidamente los adquieran y utilicen; los bienes de producción de quienes los trabajan; los bienes de uso público de la comunidad popular a que estén destinados; las invenciones científicas y técnicas y las creaciones artísticas, deben ser propiedad de sus autores, y su utilidad y disfrute compartidos con ellos, por quienes los hagan fructificar y por la comunidad que ha de beneficiarse de las mismas.
            4 b.- Como formas de propiedad enunciamos: la individual, la familiar, la sindical (de comunidades laborales, cooperativas y entidades sindicales), la comunal (de entidades territoriales), y la nacional (de todo el pueblo español).
            4 c.- La propiedad debe tener los límites y servidumbres requeridos por el bien común, la utilidad social y la necesidad del prójimo.
5.- El trabajo es el supremo título, tanto para la adquisición de la propiedad privada, como para la participación en las ventajas y responsabilidades de la actividad económica y el bienestar material.
            5 a.- No es tolerable, que el trabajo humano –manual o intelectual-, sea objeto negociable, como una mercancía, sometido a las puras reglas de la contratación comercial, en el que el mas fuerte gana; ni que la dignidad del hombre se ponga en juego en las maniobras económicas.
            5 b.- Bajo ningún pretexto de progreso técnico, productividad o rentabilidad es admisible que el trabajador, -cual fuere su profesión o categoría- se le convierta en una pieza deshumanizada, maquinal o irresponsable, sin iniciativa y sin intervención eficiente en las promociones, destinos, inquietudes y resultados del sistema económico, su profesión y su empresa.
            5 c.- La plusvalía de la producción debe corresponder al factor trabajo.
            5 d.- El aportador de su ahorro legítimo o inversor en empresas, en cuanto tal, solamente ha de tener derecho a la amortización y al cobro de un interés módico en razón de su aportación. Pero desde luego los capitales injustamente acumulados deben ser expropiados sin contemplaciones a sus detentadores.
            5 e.- El capital, en cuanto instrumento para el logro de la producción de bienes y servicios, debe pertenecer a los trabajadores mismos que lo utilizan.
            5 e,1.- Lo medios de producción deben ser regidos y disfrutados por la comunidad laboral que los trabaja, integrada en su respectivo sindicato. Así pues, a la comunidad laboral, –formada por la unión de todos los que aportan su trabajo personal compartiendo un mismo destino- ha de corresponder la propiedad, el poder, el provecho y el gobierno de la empresa y no a quienes simplemente aportan capital (los inversores), ya que ese tiene un valor instrumental al servicio del trabajo, que es la función humana inminente, creativa y con valor espiritual.
            5 e.2.- No es admisible, que se arrogue el Estado la propiedad de empresas que no prestan servicios de carácter necesario o la producción de bienes básicos para el funcionamiento de la economía de la nación; deben pertenecer al pueblo y en consecuencia, habrán de ser propiedad popularizada sindical, comunal o nacional, o en todo caso con participación de los trabajadores mismos en su gestión.
6.- Ni el capital, ni la técnica, ni bien económico alguno debe ser instrumento de ventaja y privilegio de unos para dominar a los demás.
7.- Por ser esencialmente injusto y generador de iniquidades, por atacar la dignidad humana y por minar la unidad y el bien de la comunidad, urge desmontar radicalmente el sistema capitalista con todas sus taras y secuelas. Se exigen tres labores fundamentales de desarticulación: el capitalismo rural, mediante reforma agraria; del capitalismo financiero, mediante la nacionalización de la banca; y del capitalismo industrial y de servicios. Con o sin indemnizaciones, conforme dicte la equidad en cada caso; pero sin dilación y en beneficio del pueblo.
8.- Como consecuencia de la revolución nacional sindicalista, el poder económico de la nación será ejercido y administrado por los trabajadores mismos. Organizados en un sistema sindical autónomo, democrático y unitario, constituido a partir de la empresa, por ramas de actividad económica y establecido sobre los distintos ámbito territoriales.
9.- Será misión de la nueva organización sindicalista: ordenar, planificar, regular y organizar con sentido humanista y solidario la economía, el trabajo y las funciones profesionales, el desarrollo de la cultura, el fomento de la ciencia y de la técnica.
            9 a.- No es admisible, que a través del juego de la ley de la oferta y la demanda en el mercado de intereses egoístas, venza el mas poderoso y se imponga el abuso. Contra todo ello, por tanto, defendemos un nuevo sistema de relaciones económicas, que se basarán en la justicia, en la cooperación, en el respeto mutuo de las personas, en la subordinación de la producción a las necesidades humanas y el bien común. La organización sindicalista, integrada por el pueblo trabajador, impulsará el nuevo sistema.
            9 b.- En el nuevo sistema económico resultante de la revolución, tendrán respeto y cabida las iniciativas colectivas o individuales de trabajadores, para la promoción de actividades económicas y la constitución de empresas, que se integrarán al respectivo sindicato.
            9 c.- Establecido el régimen económico nacional sindicalista, las necesidades de medios de financiación de las empresas podrán ser cubiertas, bien a través de los propios trabajadores, titulares de ellas, bien a través de los bancos sindicales, o bien a través de ahorradores particulares que hayan obtenido estos medios legítimamente. En ningún caso se reproducirán las actuales fórmulas de financiación que dan titularidad sobre la empresa. Y los financiantes solo tendrán derecho a la amortización de las cantidades aportadas y al cobro de un interés de estabilización, que impida tanto la depreciación del dinero como la existencia de rentistas.
            9 c.1.- La banca, como depósito de los ahorros de los trabajadores, será encomendada a la gestión de la organización sindical. El sistema de crédito se regirá fundamentalmente a través de la banca sindical. El Estado supervisará toda actividad de préstamo, controlando tanto el origen de las cantidades que se presten como el interés que se estipule.


I I I
PROMOCION PERSONAL EN SOCIEDAD
1.- El trabajo y la honradez son el mejor título de dignidad civil.
            1 a.- Todo español tiene el deber de servicio en el trabajo y derecho a obtener y ejercitar el trabajo que desee y que merezca por sus cualidades personales.
            1 b.- No deberá tributarse la menor consideración, a quienes no cumplan función alguna de servicio y aspiren a vivir a costa del esfuerzo de los demás.
            1 c.- En cambio el deber de solidaridad humana obligará a todos a la asistencia, integración social y rehabilitación posible de los deficientes síquicos y físicos.
2.- Es un objeto indeclinable conseguir, que toda persona pueda cumplir la función que merezca por su capacidad y esfuerzo y que nadie detente cometidos inmerecidamente o impida los desempeñe el mas idóneo. Y habrá que tenderse a que la sociedad se ordene con movilidad e intercomunicación y a que integre a todas las personas.
            2 a.- Las instituciones y la propia estructura de la sociedad deberán adecuarse para permitir a todos los españoles, sin trabas ni discriminaciones, la promoción y acceso de cualesquiera niveles de saber, cultura, trabajo y servicio en condiciones de igualdad en oportunidades y medios.
            2 b.- Se tenderá a que el puesto en la sociedad sea alcanzado y mantenido en función y virtud del trabajo, la honestidad, el esfuerzo, y la valía personales, exclusivamente. Es decir, a una graduación funcional basada en el servicio contra el clasismo, el parasitismo y el privilegio.
            2 c.- Acabaremos con la lucha de clases, yendo a resolver sus causas. Pues estimamos injusta e inadmisible la existencia de grupos, sectores o estratos sociales cerrados, que se hallan marginados o insolidarizados con la comunidad, constituidos por la detentación o por la privación de determinadas condiciones económicas, culturales o de poder exclusivas o insuperables. Por cuanto que coartan la libertad y menoscaban la dignidad de la persona; dificultan la contribución y participación de todos en el quehacer colectivo y en el bien común de la sociedad; constituyen graves obstáculos a la promoción natural y justa; e impiden la relación, unidad y solidaridad humana.
            2 d.- Todas las personas del pueblo, destacadas por su competencia, valía, integridad y servicio en las diferentes materias o funciones tienen mas responsabilidad en la contribución a la elevación del nivel general de la sociedad.

I V
EDUCACIÓN, CULTURA Y MEDIOS DE DIFUSION
1.- La educación integral y la cultura para todos, son bases imprescindibles de la liberación y dignificación de la persona y medio para el logro comunitario de los mas altos fines nacionales y universales.
            1 a.- Entendemos que la educación debe estar prioritariamente dedicada al desarrollo equilibrado de todas las capacidades humanas del educando. Pues es así como puede alcanzarse la madurez y potenciación de la personalidad, capacitándola para el autodominio, para el servicio comunitario y para la creatividad.
            1 b.- La educación habrá de comprender: la formación física, moral, sicológica, cultural, profesional, política y social.
            1 c.- La cultura y la enseñanza han de ser patrimonio social al alcance de todos los españoles, no de un grupo o clase.
            1 c.1.- La educación y la cultura son valores de interés cultural preeminente, por lo cual no es tolerable que queden a merced de las apetencias interesadas de individuos, facciones o sectas, ni que se conviertan en instrumento de clasismo o de prepotencia particular. En consecuencia habrá de garantizarse la intervención efectiva de todos los interesados y especialmente de las representaciones de las familias, las comunidades populares sindicales y territoriales, educadores, así como en su caso y según los niveles de los propios educandos, de una parte, y de otra, la intervención del Estado Nacional como ordenador del sistema.
            1 d.- Ante la grave situación de decadencia urge la promoción intensa de los valores de la cultura hispánica, con toda su variedad, riqueza y cultura.
            1 e.- La disgregación y desproporción existentes hacen necesarios procurar el desarrollo armónico, con sentido unitario e integrador, de la cultura en todas sus ramas. Deberá ser meta ambiciosa de la sociedad nueva lograr una síntesis de los sabores y técnicas, para servir así al hombre con plenitud. Y empeño constante fomentar la investigación a todos los niveles y no solo el universitario.
            1 e.1.- La universidad popular será la institución especialmente encargada del fomento y difusión de la enseñanza, sobre todo, y de la cultura y ciencia, en amplia conexión con las entidades populares sindicales y territoriales. La universidad no puede quedarse en reducto aislado ni en instrumento para el monopolio del saber; todos los que en sus tareas estén afectados y el pueblo mismo al que se debe servir, tienen que participar en la gestión, actividad y resultados de las instituciones universitarias.
            1 f.- La educación es la base fundamental de la transformación profunda que España necesita. Es imprescindible la difusión de una moral de abnegación y servicio, de un emprendedor espíritu de justicia y de formación en el entusiasmo y fidelidad a los destinos de la comunidad nacional.
2.- Los medios de formación, expresión, información, comunicación y difusión públicas han de estar al servicio y disposición de la comunidad.
            2 a.- La enorme importancia y trascendencia de los cometidos y fines de los medios de difusión y comunicación social y su poder de influencia decisiva en la colectividad, exigen la intervención de las entidades populares en la gestión y control de los mismos. Lo cual significa concebirlos como servicio público de especiales características.
3.- Rechazamos y condenamos por inmorales la difamación, la mendacidad y la injuria, mas graves y abominables si se difunden por los medios de publicidad. Estos hechos habrán de recibir severa y ejemplar sanción del poder público.
4.- Repudiamos y combatiremos con firmeza, por inhumanas, las técnicas propagandísticas y cualesquiera manipulaciones, aplicadas a la sugestión, anulación o dominio de la mente o la voluntad de la persona. Tales prácticas constituyen atentados a la máxima gravedad contra la integridad y libertad del ser humano.

V
SEGURIDAD SOCIAL
1.- La seguridad social, concebida con la mayor amplitud de prestaciones, habrá de cubrir a todos los españoles de los riesgos y perjuicios del infortunio, la enfermedad o la iniquidad, garantizándoles la mas diligente atención y auxilio.
            1 a.- Todo español tiene derecho a la seguridad social. Exigimos que se protejan eficazmente los riesgos sociales de todos los españoles.
            1 b.- Las prestaciones económicas para las diferentes contingencias cubiertas, habrán de establecerse considerando los ingresos y las necesidades personales y familiares del beneficiario.
1 c.- Respecto a la asistencia sanitaria, propugnamos la creación de un servicio español de la salud, basado en el derecho individual y colectivo de la salud, para que se realice una medicina en defensa de la salud y no solamente una medicina en la enfermedad, debiéndose efectuar a todos los niveles una función asistencial, preventiva, rehabilitadora, docente y de investigación.
            1 c.1.- Pero la socialización de la sanidad solo puede ser real si va acompañada de la socialización de la industria farmacéutica y de las industrias y servicios auxiliares sanitarios, los cuales deberán ser planificados por el servicio Nacional de la Salud; Sin perjuicio de la participación de los propios trabajadores en la gestión, consecuentemente con nuestro planteamiento sindicalista.
            1 d.- Como otra prestación mas de la seguridad social, propugnamos la existencia de servicios de defensa jurídica, que proporcionen a los ciudadanos el asesoramiento y la asistencia debida con arreglo a Derecho cuando lo deseen. Tales servicios habrán de revestir los naturales caracteres de independencia respecto a cualesquiera otros y ser regulados en un régimen especial.
            1 d.1.- Aparte, para que la protección de la justicia esté igualmente al alcance de todos, el Estado deberá establecer el acceso gratuito de los ciudadanos al amparo de los Juzgados y Tribunales.
2.- La seguridad social, es una responsabilidad comunitaria fundada en el deber de ayuda mutua entre personas. Consecuentemente, las comunidades populares habrán de asumir el control e intervención en la gestión de los servicios de asistencia y en la dotación de los mismos.
            2 a.- La financiación de la seguridad social deberá realizarse obteniendo los recursos por una política fiscal de impuestos directos sobre los ingresos reales de todos los españoles.
            2 b.- Entendemos que deben desaparecer todas las entidades privadas de la gestión y de la realización de las prestaciones de los seguros sociales. La gestión de la seguridad social a todos los niveles corresponde al pueblo trabajador que la financia.
            2 c.- La gestión de las prestaciones económicas de la seguridad social deberá unificarse en un único organismo representativo y descentralizado mediante la regionalización y zonificación de los distintos ámbitos territoriales.
            2 d.- El Servicio Español de la Salud se caracterizará por ser el único organismo de la salud pública. Su estructuración estará basada en la descentralización igualmente, haciendo un servicio uniforme posible a escala nacional en todos los aspectos mediante una planificación racional basada en las necesidades reales de las poblaciones y en su distribución geográfica. La descentralización de los servicios en cuatro niveles establecerá: servicios asistenciales básicos en centros rurales o barriadas, hospitales comarcales, regionales y nacionales
            2 d. 1.- Desde luego la gestión del Servicio Español de la Salud habrá de ser representativa a todos los niveles, mediante la integración de los órganos de decisión de los delegados de las comunidades populares y de los trabajadores de sanidad.

V I
PERSONA FAMILIA COMUNIDADES
1.- El hombre, considerado como persona, es decir, como ser en sociedad, es el fundamento del sistema. Sujeto de un destino particular y trascendente y responsable de una tarea al servicio de la comunidad. Es pues protagonista y destinatario del bien común; recibe la influencia de la sociedad e influye e ella; lo condicionan la naturaleza y las circunstancias y a su vez él mismo las modifica; recibe de los demás y da a los demás.
            1 a.- Por lo tanto es intolerable toda absorción y presión anuladora o degradante de la personalidad individual; toda corrupción contraria a su dignidad y todo desenfreno egoísta frente a la comunidad.
            1 b.- Todo sistema social habrá de ordenarse hacia la elevación integral de la persona humana en bienestar y bienser y hacia la efectiva participación de la misma en las decisiones y actuaciones que le afecten.
            1 c.- Deberán ser garantías vigentes de la personalidad individual. Entre otras: el respeto a la identidad propia, a la intimidad y a la integridad física y espiritual; la moralidad, la cultura, la educación, la propiedad, la información, la igualdad ante la ley, la seguridad social y jurídica; la participación en los bienes, cargas y tareas colectivos. La responsabilidad comunitaria, el trabajo, la libertad de pensamiento, expresión, asociación y actuación para desarrollarse en sociedad, para obtener y promover la justicia y para contribuir al bien común.
            1 d.- La vida humana en cualquier estado en que la misma se halle, aún en embrión, merece el máximo respeto y protección. El poder público habrá de salvaguardarla con todo rigor.
2.- La familia, como entidad básica de la sociedad y unidad natural primaria de convivencia, necesita medios propios y asistentes sociales, que garanticen su integridad y el cumplimiento de sus inminentes fines, que son fundamentalmente la ayuda mutua entre parientes y cónyuges y la procreación, educación y cuidado de la prole en el matrimonio.
2 a.- La familia se constituye a partir de la unidad matrimonial; pero necesariamente no se la debe reducir a la comunidad de padres adultos e hijos menores. La familia es un ámbito en el que debe caber la convivencia y la relación de afecto y solidaridad entre parientes que así lo deseen o necesiten; para no sufrir el abandono, la soledad, la inseguridad o el desvalimiento. Piénsese por ejemplo en los ancianos, los solteros, los viudos, los minusválidos, enfermos o los huérfanos.
2 b.- La separación y la disolución o anulación del matrimonio pueden admitirse o tolerarse solo en determinados casos, sin perjuicio del permanente deber de cuidado y educación de los hijos menores  la asistencia alimenticia del cónyuge desvalido inocente.
            2 c.- Los progenitores (el padre y la madre) tienen el deber, bajo la mas grave responsabilidad, de cuidar de sus hijos hasta la emancipación de estos. Los hijos no deben sufrir ninguna discriminación por razón de su nacimiento o ascendencia. Toda filiación ha de ser igualmente legítima para la sociedad.
            2 d.- Propugnamos la debida consideración y atención de la sociedad a las personas con obligaciones de asistencia familiar que cumplir y rechazamos las estimaciones utilitarias o individualistas que ignoren las relaciones familiares. Por ello defendemos especialmente el respeto y apoyo sociales a la función maternal de la mujer y a la paternal del hombre, cual fuere el estado civil de los mismos.
            2 e.- Para que la familia pueda cumplir por si misma sus fines, necesita de un patrimonio propio suficiente, amplia y dotada vivienda, retribuciones que la subvengan, las instituciones populares de enseñanza y seguridad social suplirán las insuficiencias o imposibilidades asistenciales de la comunidad familiar.
3.- Propugnamos el fomento y vitalización de los vínculos comunitarios auténticos; la organización comunitaria del pueblo conforme a sus unidades naturales de convivencia estable: familia, casa de vecindad, barriada, municipio, comarca, región, escuela, empresa y sindicato. Pues es preciso lograr la armonía e incorporación efectiva del individuo a su comunidad. El cual será así mas libre, mas dotado, mas responsable y partícipe, mas seguro y respetado. Y se hace necesario acabar con importantes causas de infelicidad e inestabilidad social; el aislamiento, el egoísmo antisocial, la indefensión, el desarraigo, la desordenada atomización de la sociedad, el hacinamiento, el gregario anonimato y la masificación despersonalizadora. En una sociedad comunitaria, es decir en una sociedad de personas ligadas por razones de convivencia y por destinos y responsabilidades compartidos, se evitan graves riesgos de tiranía, demagogia y delincuencia y se propicia la reflexión, la participación, la solidaridad.
            3 a.- En este sentido propugnamos la organización natural del pueblo, de un lado en comunidades territoriales: Municipio, comarca, región y de otro: en comunidades laborales, escuela empresa, sindicato. A estas comunidades populares habrá de atribuirles, autonomía y medios necesarios para el cumplimiento de  sus funciones específicas en régimen de autogestión democrática; pero en armonía y solidaridad con la totalidad nacional. El sistema de democracia natural y directa que defendemos se cimentará en las comunidades populares.
            3 a.1.- Los municipios minúsculos sin vitalidad habrán de desaparecer para formar entidades municipales suficientes no multitudinarias, o habrán de aunarse sus administraciones y servicios formando asociación o federación entre las localidades limítrofes.
            3 a. 2.- Defendemos la tendencia a la supresión de las aglomeraciones industriales, residenciales o demográficas, como perjudiciales para la convivencia y para el bienestar personal. Al propio tiempo señalamos la necesidad de dar impulso a las comunicaciones y relaciones entre los distintos núcleos y entidades.
            3 a. 3.- Dentro de los grandes municipios es necesaria la consideración y constitución del edificio de vecindad y barrio, como unidades de convivencia ciudadana, fomentando en ellas las relaciones comunitarias positivas y proporcionándoles servicios y funciones para provecho común de los vecinos respectivos.
            3 a. 4.- Se hace cada vez mas urgente y necesaria una revolución urbanística, con la consiguiente dotación de servicios y la ordenación económica territorial, industrial, administrativa y de edificación, para facilitar la vitalización real de los vínculos comunitarios y procurar la dignificación y salubridad de las condiciones de vida, residencia y trabajo de las personas y las familias.
            3 a. 5.- El suelo urbano debe ser propiedad municipal; pues su destino y valor estriban en el asentamiento de un pueblo.
            3 a. 6.- Hay que reconstruir la comarca como entidad popular territorial de gran vitalidad natural, a base de la federación de los municipios de la zona. Alterando o anulando, si fuere preciso, las delimitaciones artificiales de la actual división provincial de España. La región será la agrupación de comarcas o municipios por federación. En todo caso, la demarcación de comunidades territoriales habrá de fundarse en realidades actuales que las definirán y en la voluntad de los pueblos afectados, sin prejuicio de la unidad nacional de España.
            3 b.- En el nuevo sistema que propugnamos, las comunidades territoriales, cuyas representaciones se conjuntarán culminando en un consejo comunal nacional, tendrán a su cargo en los respectivos ámbitos y niveles, la ordenación de los asuntos concernientes al asentamiento humano y convivencia en el territorio, tales como: Comunicaciones, medios de difusión, enseñanza, cultura, deporte, higiene, sanidad, vivienda urbanismo, abastecimientos, seguridad social, conservación y mejora de la naturaleza y el medio ambiente y servicios comunales varios.
            3 c.- La empresa y los sindicatos constituyen unidades populares de convivencia de carácter laboral y profesional. Tras el cambio revolucionario la organización sindicalista, cuyos caracteres y fines han sido ya expuestos, dotará de vitalidad comunitaria y sentido humano al mundo de a economía y las profesiones.
            3 d.- Los servicios públicos, en cuanto son necesarios y de alcance general, deben ser populizados, es decir, entregados en propiedad al pueblo mismo al que se dedican, y en consecuencia las comunidades populares o sus representantes han de intervenir a los respectivos niveles ejerciendo un control efectivo, para asegurar la mejor gestión y justo disfrute por todos los ciudadanos. (Servicios públicos populizados serán especialmente entre otros: electricidad, agua, teléfono, telégrafos, transportes colectivos, etc.)
            3 e.- En el nuevo sistema que postulamos, los entes territoriales y la organización  sindicalista deberán tener personalidad jurídica pública para el cumplimiento de su fin.

V I I
SERVICIO SOCIAL – SERVICIO MILITAR
1.- Todos los españoles contribuirán, a medida de sus posibilidades, económicas y personales, en las cargas tributarias y servicios para la comunidad.
2.- Todos los ciudadanos españoles no impedidos, llegada su mayor edad tienen el deber de prestar servicio personal en actividades u obras de interés público (empresas industriales básicas, seguridad social, repoblación forestal, conservación de la naturaleza, administración, obras y servicios públicos) por periodos determinados y además en las situaciones excepcionales que lo requieran; También deben prestar igualmente servicio en el ejército popular y nacional de España.
            2 a.- El Ejército es una tarea que corresponde a todos. Considerando que el ejército es el pueblo en armas, estimamos necesaria la formación de unas milicias nacionales organizadas por militares profesionales y formadas por todos los españoles aptos, sin distinción de sexo, haciendo posible, en caso de agresión, una movilización popular, sobre la base de una guerra de guerrillas.
            2 a. 1.- En las circunstancias actuales admitimos la objeción de conciencia, sustituyendo el servicio militar por prestaciones civiles de igual duración.
            2 b.- El Servicio Social y el Servicio Militar deben concebirse para estimular efectivamente la responsabilidad de los españoles en las tareas, necesidades y destinos de la Comunidad Nacional, para impedir el exceso pernicioso de funcionarios o asalariados y la formación de clases profesionales, burocráticas o militares insolidarias; para favorecer el espíritu de servicio al bien común y para conocer las realidades del país, el pueblo y la Administración Pública.

V I I I
ESPAÑA MUNDO
1.- Entendemos a España como nación soberana integradora de pueblos y tierras. Con un rico y vario patrimonio espiritual y material común, con una tarea solidaria de elevación total y con un mismo destino en el mundo.
                        1 a.- Cuando se niega a los españoles un proyecto sugestivo de vida y acción en común, se pone en peligro grave su unidad y se niega la Patria.
La Patria es sobre todo la unidad de pueblos varios (con sus lenguas, sus usos sus características) integrados en un destino, en una misión colectiva de valor y proyección universal. Sin esa misión, sin ese destino no puede existir verdaderamente Patria. Nosotros proclamamos nuestra vocación de impulsarla.
                        1 b.- España es una unidad, y toda conspiración contra esa unidad es repulsiva. El separatismo es una regresión, un criminal desvinculo egoísta, un expolio desmembrador inadmisible. La anulación de las peculiaridades legítimas de los pueblos y su personalidad comunitaria, es igualmente intolerable.
                        1 c.- Los españoles no podemos ser libres, mientras la libertad e independencia de España esté coartada por las presiones e injerencias imperialistas del extranjero.
                        1 d.- La misión o destino universal de España habrá de consistir en difundir en el mundo la nueva revolución de fraternidad y elevación humana.
                        1 e.- Creemos en la suprema realidad de España y su misión. Fortalecerla, servirla y elevarla es tarea colectiva de todos los españoles. A la realización de esta tarea habrán de plegarse inexorablemente los intereses de los individuos y los grupos.
2.- Es una aspiración de la humanidad, expresada a lo largo de la Historia, avanzar hacia la unidad mundial, estableciendo vínculos de cooperación y solidaridad.
                        2 a.- España debe responsabilizarse en la tarea de contribuir a la realización de la patria hispánica, para lo cual no ha de escatimarse ningún esfuerzo en lograr la unidad integradora de los pueblos de estirpe cultural ibérica en el mundo. Nos afanaremos por lograr una Comunidad Hispánica de Naciones en organización de tipo federal.
3.- Aspiramos a un orden universal en paz, cooperación y convivencia establecido sobre el imperio de la dignidad, la justicia, y la libertad en los hombres y en los pueblos. Defenderemos los afanes renovadores contra la degradación y decadencia moral y material de la humanidad. Solo por una causa justa deberá oponerse la fuerza cuando los adversarios la empleen.
                        3 a.- La liberación de los pueblos oprimidos, su justicia y elevación deberá ser atendida por nuestro pueblo, por experiencia de la solidaridad humana.
                        3 b.- En la pugna entre los grandes bloques imperialistas que se disputan el mundo, España deberá aspirar a formar parte con los pueblos no alineados que luchan por zafarse de la dominación y explotación de las grandes potencias.
                        3 c.- La política internacional de España, habrá de influir en Europa, para imprimirle las inquietudes de una renovación superadora de su postración y división; así mismo tratará de compartir las ventajas del progreso material obtenidas en los países del continente. Con estas bases España podrá aceptar su integración en una organización europea, sin abdicar de sus logros, de su misión en el mundo, ni de sus metas revolucionarias, ni admitir la colonización capitalista o militar.
4.- Rechazamos el nacionalismo, que es el individualismo de los pueblos; rechazamos el imperialismo, que es la explotación y dominación de los débiles por los pueblos o estados poderosos; finalmente, rechazamos la discriminación divisoria por razones étnicas, ideológicas, religiosas, culturales o económicas, porque contraría la unidad del género humano.

I X
EL ESTADO – DEMOCRACIA COMUNITARIA
1.- Rechazamos la separación del Estado y del Pueblo. No admitimos que el Estado sea la organización detentada por grupos o clases dominantes, que mandan, impuesta sobre la sociedad gregaria, que obedece. Por ello propugnamos que el Estado sea el instrumento jurídico de poder en manos del mismo pueblo organizado comunitariamente. Un instrumento al servicio de todos los españoles, no de un tirano, una oligarquía, una facción o una clase. Queremos que efectivamente, el poder sea del pueblo, la ley del pueblo y la organización del pueblo.
                        1 a.- Defendemos pues un sistema de autogestión popular comunitaria, a partir de la democracia directa en las entidades naturales de convivencia. Es decir, que las entidades populares, tanto las de carácter vecinal o territorial, como las de carácter laboral, asuman por si misma las responsabilidades y funciones que puedan desempeñar en sus respectivos ámbitos y niveles; disponiendo para ello de autonomía y medios propios y preservándose la solidaridad para la ayuda mutua y la conjunción para abordar los asuntos comunes o generales.
                        1 b.- Apoyamos la tendencia a la difusión o distribución del poder, en vez de su concentración. Entendemos que debe impulsarse al máximo la participación de las personas en los asuntos públicos, especialmente a través de sus funciones comunitarias. Que en lo posible y conveniente debe evitarse la abstención, la sustitución y la delegación, para que las personas sean mas responsables y mas dueñas de sus destinos.
                        1 c.- La autoridad se justifica por el servicio al bien común y se sostiene por el asentamiento de la sociedad.
                        1 d.- El desempeño de funciones públicas debe ser entendido como dedicación servicial, de ahí, que la austeridad haya de caracterizarlo y que nadie pueda eludir sus responsabilidades ante le pueblo.
                        1 e.- El libre y efectivo ejercicio del derecho de asociación política de los ciudadanos debe ser reconocido, como vía de manifestación de las inquietudes ideológicas, que estimulen la vitalidad de los organismos populares formulando críticas e iniciativas a la actividad pública.
                        1 f.- A nadie, a ningún grupo, ni partido le será lícito suplantar ni desvirtuar la soberanía popular, ni privar al pueblo y sus comunidades de los medios para ejercerla. A diferencia de lo que hoy ocurre, puesto que el poder le es arrebatado al pueblo por oligarcas, plutócratas, grupos de presión, facciones y organismos parasitarios interpuestos.
1 g.- Todas las comunidades se integrarán en el ámbito superior que es la nación española. Los órganos nacionales del Estado serán su Presidencia, el Gobierno, las Cortes Populares –integradas por representantes de las comunidades territoriales y sindicales-, la organización Judicial y las Fuerzas Armadas. Los órganos nacionales del Estado se reservarán las funciones esenciales de poder: el arbitraje de los conflictos entre entidades, la protección de las personas contra los abusos de los grupos o de los individuos, el fomento de las actividades de utilidad pública, el apoyo a los sectores o comunidades deprimidos, la defensa y seguridad pública, las relaciones internacionales, la elaboración y vigilancia del cumplimiento de las normas básicas y comunes, que regulen la convivencia, los derechos y los deberes de los españoles.
                        1 g.1.- Las Fuerzas Armadas constituirán una institución del Estado al servicio de la nación Española. Habrán de ser dotadas. Capaces, depuradas y suficientes, como sea preciso para velar por la seguridad del pueblo y sus instituciones frente a los atentados hostiles; para garantizar a España su soberanía y para defenderla en el cumplimiento de sus destinos contra la beligerancia y otras potencias.
                        1 g. 1 a.- El ejército será una milicia nacional y popular.
                        1 g. 2.- El poder judicial habrá de ser organizado y ordenado de modo que la protección del Derecho sea asequible efectivamente a todos los españoles. Deberá gozar de la máxima honorabilidad, independencia, y seguridad; para que puedan los jueces y tribunales cumplir fielmente su función de servir a la Ley.
                        1 h.- El Estado que concebimos basado en la democracia directa comunitaria, se configura como una República de estructura comunal y sindical. Resultado de la revolución nacional sindicalista.
2.- La política es la tarea de ordenar la convivencia para procurar el bien común, haciendo más fáciles, más dignos, más participantes en la vida humana a mayor número de personas. En consecuencia no se justifica la sociedad, ni su instrumento, el Estado, sino en cuanto se atienen a un destino, a una norma perdurable: la elevación integral en bienestar y en bienser de cuantos constituyen el pueblo, la participación solidaria en el bien común y su proyección y comunicación fraterna en el mundo.
3.- Consiguientemente repudiamos el liberalismo tanto como el absolutismo; repudiamos la disgregación o divorcio entre el Estado y Sociedad, así como, la absorción de la misma por el aparato burocrático; rechazamos el sistema de partido único y el de partidos políticos conocido, o partitocracia.

X
L I N E A
1.- La línea de actuación del Movimiento Nacional Sindicalista será consecuente con los principios de su ideario y estará alumbrada por la prudencia política, a fin de evitar los riesgos de desviación e ineficacia.
2.- El Movimiento Nacional Sindicalista intervendrá en cuanto lo permitan las circunstancias en todos los ámbitos del quehacer político y social propugnando su ideario.
                        2 b.- Queremos incorporar a la juventud, fundamenta potencia revolucionaria, en la misión de llevar a cabo por si misma la edificación de la nueva España entera y armoniosa, sin intermediarios ni administradores.
                        2 c.- Nosotros estamos en desacuerdo, y no podemos transigir con la actual vida española, por ello postulamos la revolución.
                        2 d.- Entendemos por revolución, el proceso acelerado, radical y completo de desmantelamiento de un sistema caduco e injusto y de edificación de las bases para un nuevo sistema de convivencia social.
                        2 e.- El pueblo está coaccionado por el sistema capitalista, abrumado por la corrupción y el embrutecimiento, manipulado por los poderosos, que dominan las instituciones públicas y los medios de difusión, coartado por la colonización extranjera. Bajo tales condiciones la democracia es una ficción y la libertad un espejismo. El régimen liberal es desde luego insatisfactorio, aunque preferible a la opresión dictatorial. Por ello propugnamos una efectiva democracia en lo político, en lo económico y en lo social; la extensión y no la restricción o monopolio de las libertades; una ética social verdaderamente dignificadora
2 f.- Con un sentido global de la finalidad revolucionaria, tratamos de mejorar en todos sus aspectos las condiciones de vida de nuestro pueblo y alcanzar aquellos objetivos de ideario, que tengan mas inmediata viabilidad, que supongan un avance en metas propuestas y propicien el cambio de sistema en dirección favorable.
3.- Velaremos por la autenticidad, integridad e independencia de nuestros planteamientos y apoyaremos las iniciativas de otros, siempre que tiendan al logro de nuestros propósitos. Creemos, en la no-inmediatez del triunfo de la revolución, pero entendemos que para lograrla, debemos poner manos a la obra, sin esperar a que la Providencia nos mande a la persona providencial en la que apoyarnos.



                       
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