LA CONSTITUCION Y LA AUTENTICA (Primera parte)
En el día de hoy los monarcodemócratas celebran con
más o menos entusiasmo el día de la Constitución, relativa carta magna por la
que deberíamos caminar los españoles y que, curiosamente, después de la
treintena padece ya de enfermedad terminal. Y es que cuando un árbol nace
torcido o se le endereza, estará torcido toda la vida.
Reglas del juego que dada la situación actual, deben
de estar escritas en arameo arcaico, porque hay que ver la cantidad de recursos
de inconstitucionalidad que los sabios integrantes del Tribunal Constitucional
ha tenido que resolver, empezando por la definición de Nación, término difícil
y farragoso que tiene que ser objeto de un estudio pormenorizado. ¡¡Venga ya!!.
Sin embargo, si un artículo es de difícil interpretación,
que sobrepasa los límites del arameo y no creo que se encuentre en ninguna
lengua de la antigüedad es el 155. Ahí
está la madre del cordero. El pobre “Tranquilito” con lo bien que está sin que
nadie perturbe su existencia, tiene que soportar que muchos le estemos
mencionando la bicha y si de él dependiera de un plumazo lo quitaría de en
medio.
Lo que es verdad es que la mayoría de los españoles
clama por su derogación, sustituyéndola por otra, que a ser posible no sea
redactada por ningún partido político.
Y ahora vayamos al análisis del título del artículo.
Nada más tener conocimiento del articulado del proyecto, el jueves por la
noche, la tertulia de la Casa de Socorro de Latina, estaba que echaba humo.
Todos, absolutamente todos, estábamos de acuerdo que alentaría las ansias
separatistas de los entonces llamados nacionalistas, que todavía no habían mostrado
sus dientes. Además de que como falangistas estábamos en contra del sistema de
monarquía parlamentaria que nos querían meter entre medias para que el pueblo
no se parase a pensar.
Todos los partidos clarificaron sus posiciones y como
el niño lo habían parido entre todos, se disponían a ponerlo en el mundo. En la
Auténtica el fenomenal Rafael Sánchez Plaza, tenía preparada la campaña como
siempre empleando su tiempo y su dinero. Narciso decía que aquello era
denigrante y una noche, nos dijo después de leer una noticia: “Id al Parlamento
y mearoz en la puerta”.
Rafael sin más dilación se puso a prepararla para
cuando viniese Pedro Conde de Valladolid, presentársela para que diese su
conformidad. Pero las cosas son las cosas; y la Falange es la Falange. De
pronto aparece Carlos Cantalapiedra secretario general y uno de los personajes
mas nefastos que ha pasado por la Falange y nos comunica de parte de Pedro, que
nuestro partido, pediría la ABSTENCION. Excuso decir la cara de todos cuantos
estábamos allí, porque, de verdad, todos propugnábamos el NO. Al preguntarle a
este señor que como Pedro había llegado a esa conclusión, nos contestó que el
motivo venía dado, porque Los de Raimundo y Fuerza Nueva se habían inclinado
por esta opción y nosotros no podíamos ir con ellos. Lo que viene a
continuación, con vuestro permiso lo dejamos para el próximo artículo
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