EN LA RAMPA DE SALIDA
El día en el que hace meses abrí la puerta a lo que
a mi juicio era necesario para salir de un círculo vicioso en el que llevábamos
años comprimidos bajo el abrazo del oso de la nostalgia, los egos y otras
circunstancias que ya están mas que analizadas y de sobra conocidas, dejé claro
que estaba la puerta abierta para todo el que quisiese colaborar con el
objetivo escribiendo lo que quisiese, con las únicas salvedades de no polemizar
con otro camarada, no llenarnos la página de recuerdos que ya encuentran su
acomodo en otros lugares y comentar siempre el presente y el futuro y dejar el
pasado, que sucede como con la anterior cortapisa.
La página se fue agrandando y se llegó a mas de
ochenta miembros añadidos, prestigiosos falangistas, que poco a poco,
entendieron y comparto su opinión, que bien podía servir como bandera de
enganche para poder presentarse con algo nuevo y actual, conservando el
espíritu doctrinal en su esencia, que no en su presencia.
La procedencia de estos camaradas era de lo mas
extendida, desde gallos, a auténticos, pasando por todos los grupos, ya que se
quedó claro y diáfano que no se iba a fundar ni refundar partido falangista
alguno, que ya eran bastante en número. Por el contrario, todos los grupos
podrían beneficiarse de las conclusiones a que se llegara una vez debatidas y
compiladas.
Toda esa comida, seguro que produciría empacho y
quizá corte de digestión en mi persona, pero hete aquí, que entre los que se
integraron, tuvimos la fortuna de contar con Ignacio Toledano y los camaradas
que componen una corriente a su alrededor y todo subió como la espuma. Y más
cuando me decidí a mi arenga, que tras un rifirrafe que duró lo menos media
hora, el camarada Pedro Revenga y el que escribe, se agarraron de las solapas,
pero la arenga salió adelante.
En esos días tras una serie de malos entendidos
entre altas, bajas y otras menudencias, comprendí, que quizás mi presencia en
primera fila de combate ya no era tan necesaria y decidí pasar a un segundo
plano con la satisfacción del deber cumplido al dejar la nave dispuesta a
despegar desde la rampa de salida. Estando eso sí, dedicado a mis escritos y
varios trabajos que tengo comenzados y el tiempo apremia y los años también.
Ahí están separadas por grupos de trabajo las
distintas páginas y los camaradas que las componen, y cuentan como garantes de
trabajo y eficacia a camaradas que pueden llevar a la nave a la estación
término. Si todos arrimáis el hombro como los costaleros de la Semana Santa
sevillana sin que nadie eluda su
responsabilidad, porque si alguien no aporta su esfuerzo, el paso como aquí se
dice se irá a la deriva.
No os sigo dando la vara y estad seguro que no
apareceré en la primera fila de la foto, pero permaneceré atento por si se me
necesita. Un abrazo para todos.
No hay comentarios:
Publicar un comentario