EL MENSAJE DE NAVIDAD O EL LAMENTO DE UN COBARDE
Han pasado mas de treinta años desde que el Borbón
con que nos obsequió el general Franco, se dirige a la nación por medio de un
mensaje televisado, en todos estos años, no he sentido curiosidad por escuchar
lo que decía y no he sintonizado con los medios que se han hecho eco de la
noticia. Todo cuanto pudiese decir el representante de una dinastía que no ha
dado un solo monarca aceptable desde el inefable Fernando VII, para mí carece
de valor.
Sin embargo y en verdad lamento mi decisión, este
año debido a la situación que padecemos en todos los sentidos, he sentido
curiosidad por lo que el futuro visitante de Cartagena pudiese decirnos. Y digo
que lo lamento, porque hasta ahora no había presenciado tamaña muestra de
cobardía.
Por todos es sabido, que los problemas que padece
España se centran principalmente en lo material debido a la llamada crisis
económica, la corrupción generalizada, de la que forma parte su yerno al que de
cara al exterior había repudiado y anoche compartía mesa y mantel con él. Y que
nadie se llame a engaño: este indispensable, nos ha robado a todos y el juez no
es capaz de meterlo en la cárcel. Y por supuesto lo más grave de todo, el
deterioro moral al que ha llegado la sociedad española que ya no cree ni en
nada ni en nadie.
Hay una parte del territorio español cuyos
gobernantes autonómicos amenazan con un referéndum separatista, que se saltan
las leyes a la torera, y que desafían al resto del Estado y no le merece
explicación alguna que nos tranquilice. Ud. es el Comandante Supremo de las
Fuerzas Armadas, que tienen como misión principal garantizar la unidad de
España, no contentar a uno u otro político o a determinado Partido.
Pero claro esta, lo importante es La serenidad, que dicen
sus partidarios que debe de demostrar en todo momento o la cobardía, que es lo
que los demás sabemos que le coarta para tomar las decisiones pertinentes.
Algún día el pueblo español sabrá con detalle como ha conseguido amasar
la gran fortuna que posee. Sus negocios, sus amigos y sus devaneos borbónicos
de los que nadie se ha atrevido a hablar en todos estos años.
Sea valiente por una vez y declare delante de las
cámaras aunque le tengan que maquillar como cuando el 23F y por una vez,
anteponga España a los intereses particulares de unos políticos sin escrúpulos.
Finalmente debo decirle que siempre le he
considerado responsable junto a Adolfo Suárez de este desgobierno al que ha
dado lugar su tristemente “café para todos” que a uno y a otro, que Dios os lo
demande
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