LA CONSTITUCION Y LA AUTENTICA Segunda Parte
Antes de continuar con el tema, voy a aclarar mi
juicio descalificatorio sobre Carlos Cantalapiedra. Por todos es sabida mi firme decisión de no
criticar a nadie que se tenga por falangista, sea del grupo que sea y así voy a
continuar.
Se preguntaran que entonces a que viene el exabrupto
sobre el que fue secretario general del partido. Muy fácil: no me estoy
refiriendo a ningún falangista. Este hombre después de firmar el parte de
defunción de la Autentica, en el Congreso de la Casa de Campo, ingresó de
inmediato en las filas del PSOE, en donde según mis noticias sigue
desarrollando su inestimable labor. Por lo tanto, al referirme a él, no lo
aludo a ningún falangista.
Hecha la aclaración, volvamos a la abstención de la
Auténtica. Como era de esperar, los militantes querían saber la razón por la
cual el Jefe Nacional había decidido nuestra abstención en el Referéndum.
Ante la insistencia de la militancia, Cantalapiedra,
improvisó una reunión en la calle del Pez, en la que como era su costumbre, no
aclaró nada; por el contrario dejó más sombras que luces en el asunto, muy
típico por su parte.
A los pocos días, llegó el Jefe Nacional y se
organizó otra mini asamblea a la que acudieron varias decenas falangistas.
Pedro Conde expuso que ni por un
momento iría al mismo son que Raimundo y Blas Piñar y que de ninguna de las
maneras consentiría que lo hiciésemos, amenazando inclusive con la dimisión.
Rafael le mostró que aunque nuestra respuesta fuese
la misma nuestra posición no tenía por qué serlo. Más un hubo manera y entonces,
prevaleció la disciplina y se preparó la campaña para explicar lo inexplicable:
como decir que no nos gusta el texto constitucional desde el artículo 1º
mientras proclamamos nuestra posición abstencionista. Pues se hizo y además con
gran entusiasmo. En verdad aquellos camaradas eran inasequibles al desaliento.
No se si mi memoria me va a fallar, el único que
conozco que estuvo allí, es el Jefe Nacional, me refiero al mitin que dimos en
Puertollano en el que intervenimos, Pedro Conde, Narciso Perales y quien esto
escribe. Fue en un cine y la temperatura era la ideal: ni frio ni calor, cero
grados. El mitin existió y dos de los oradores están vivos, lo que no estoy
seguro de que se convocara con motivo del referéndum para la aprobación de la
Constitución.
Comimos migas manchegas en una viña y a la vuelta,
en el coche de Rafael, Narciso se entonó con el “viva la revolución” y nos
dijo, que la música estaba inspirada en la obra “El Rey que rabió.”
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