sábado, 19 de mayo de 2012

Inquilinos calle el Pez 3ª parte


LA CALLE EL PEZ Y SUS INQUILINOS 3ª PARTE

Llegados a este punto me gustaría aclarar, que para mi sería una satisfacción si algún camarada corrigiese o ampliase mi paseo por la sede de la Auténtica. A estas alturas, tengo el placer de que mi memoria ha sido fiel a lo que en su día vivieron mis ojos. Seguro que quedaran detalles por incluir pero  también lo estoy, en que lo que he narrado es del todo fiable.
Nos habíamos quedado en la entrada al local. Frente al despacho de Juntas Locales se hallaba el de Prensa y Propaganda que llevaban los camaradas Lúpulo e Isabel. Aquello era el bazar de la Auténtica. Tenían de todo: llaveros, pegatinas, camisas, banderas y demás abalorios. Y por supuesto todos los Patria Sindicalista editados hasta la fecha.
Nunca llegué a entender del todo, como este matrimonio falangista podía subsistir con las deudas contraídas por todos los estamentos de la organización, que tenían unas cuentas deudoras que daban miedo. Y todo tiene su explicación: los responsables de las juntas locales de pueblos a los que se añadían las de los barrios de Madrid, retiraban el material que necesitaban para venderlo en sus lugares de origen.
En teoría, posteriormente, lo repartían entre su militancia, añadiéndole una pequeña plusvalía, para finalmente saldar la deuda con la Nacional y comenzar un nuevo ciclo. Por desgracia, la práctica no se ajustaba a estos parámetros: los responsables locales, con deudas mas urgentes cubrían las mismas con lo recaudado en los puestos de propaganda y la deuda con el camarada Lúpulo crecía por días. Me imagino que tras la fragmentación del Partido, las deudas quedarían impagadas.
Girando a la derecha noventa grados, (solo en lo referente al sentido de la marcha) se entraba en un pasillo largo y oscuro en el que se ubicaban distintos servicios. Sin olvidarnos de que en el pasillo, la primera línea pintaba carteles y pancartas ensuciando mas aún la pared del mismo, que presentaba señales de su uso en estos menesteres.
En el primer despacho a la derecha, estaba la Secretaría Nacional de Juventudes al frente de la cual, el camarada Vicente Diez, ponía la nota alegre y musical acompañado de su guitarra. Su aparición en el espacio electoral, causó un gran impacto por lo inédito del mismo y mas desde las filas de la Falange que hasta ese momento se caracterizó por la seriedad de sus decorados.
Vicente Diez era un gran comunicador: guardo en la memoria su intervención en un debate que surgió sobre el uso de la camisa azul. Convenció a todos de la importancia del uso de la misma. Por este motivo, me causó una gran sorpresa cuando, años después, estando en Zamora, me enteré de su integración en la UCD, por un artículo que llevaba su firma en un periódico local.
Por último, me llegó la triste noticia de su fallecimiento en plena madurez. Que Dios lo tenga en su Gloria.

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