lunes, 24 de octubre de 2011

ESPAÑA NO PUEDE ESPERAR


ESPAÑA NO PUEDE ESPERAR

Al escribir estas líneas, quedará menos de un mes para el 20N,  fecha elegida para que los españoles que así lo deseen, introduzcan en las urnas desperdigadas por toda la nación la papeleta con el nombre de una de las muchas formaciones políticas que participaran en la fiesta de la partitocracia. Si no fuera por el lamentable caos que atraviesa nuestra Patria, consideraría el hecho como una simple lucha barriobajera entre los partidos mayoritarios al objeto de conseguir el poder y mantenerse en el mismo los próximos cuatro años.
Sin embargo, mi preocupación ante el incierto futuro que tenemos por delante, me lleva a abandonar cualquier análisis simplista sobre el panorama político.
Debo confesar que la previsible victoria del Partido Popular, no me produce ni frío ni calor, porque estoy seguro que a la derecha española le faltan la decisión y ganas suficientes para ofrecer a España la solución a sus problemas.
Será un mas de lo mismo. Pactos y componendas que a nada conducen y  lo único que conseguirán, es hacer que la izquierda mas radical tome el control de la calle y en poco tiempo alterar la tendencia de las voluntades como ya hicieron cuando el “chapapote” o el 11M.
España ha llegado a unos extremos de deterioro tanto a nivel económico, como moral y social, que no pueden arreglarse con soluciones liberales o socialdemócratas. No queda mas remedio que actuar como si en una localidad cualquiera se hubiesen celebrado las fiestas patronales: al finalizar la noche, unos camiones con enormes palas, recogen la basura acumulada y la tiran al vertedero dejando el sitio limpio de cualquier inmundicia. Eso es lo que hay que hacer con nuestra nación, que entren los camiones y se lleven toda la mugre desperdigada por el solar patrio
La limpieza nos facultará para poder reemprender la marcha en pos de una empresa en común con la participación de todos. Y aquí viene el dilema: ¿Estamos seguros que hombres y mujeres de todas las regiones españolas estarían dispuestos a integrarse sin ninguna cortapisa en un nuevo proyecto que nos devuelva al lugar de donde nunca debimos salir? Si es así, mil sobre hojuelas. Mas no se olvide, que lo mas importante para arar, es saber con que bueyes se cuenta. Y ya no se puede esperar mas: hombres y mujeres de todas las regiones de la nación, deberán mostrar su inequívoco y mayoritario deseo de continuar dentro de la suprema realidad de España.
Sin renunciar a la esencia de nuestro ideal, no podemos mantener posiciones grandilocuentes basadas en una realidad que por desgracia ya no existe.  Aceptar que el veneno separatista administrado a los españoles durante años, ha traído como consecuencia que un número indeterminado de ellos destile odio y animadversión hacia lo que España representa.  Conozcamos su número, para poder evaluar su fuerza.
Tengo la certeza que el sentido común y el reconocimiento a una historia forjada durante siglos, hará el resto. Y ya no habrá excusa alguna para elaborar unas leyes que protejan a España de futuras veleidades secesionistas.
Soy el primero en reconocer que en una República Nacionalsindicalista sería innecesario tomar una medida de esta índole. Por desgracia para todos, España desconoce esta forma de gobierno, porque nunca ha existido y la única fuerza política capacitada para conseguir su implantación, son grupos minoritarios.
De igual forma, aspectos como la sindicalización de la economía, el abandono del hedonismo y el relativismo, el considerar que el concepto libertad va intrínsecamente unido al de honestidad e integridad y que las leyes estén al servicio de la justicia y no del poder, son necesidades urgentes que España y los españoles están demandando día a día.
Puede que esté equivocado en mis consideraciones. Asumo este riesgo. Algo es seguro: a un enfermo con peritonitis, no se le puede sanar con aspirinas. Su restablecimiento tan solo se conseguirá, si le practica la correspondiente intervención quirúrgica.  
La empresa a desarrollar es ardua y de difícil ejecución. Pero también, sugestiva e ilusionante. El futuro de nuestros hijos y nietos está en juego. Asumo y me siento orgulloso de nuestro pasado; pero sin abandonar el recuerdo, admiración y respeto hacia los que se sacrificaron en su tiempo, porque estoy seguro de que ellos es lo que desearían, construyamos entre todos una sociedad plural y apacible. España es rica y variada y sus gentes se merecen otros administradores de sus innumerables recursos.

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