jueves, 16 de mayo de 2013

QUE DIOS NOS LO DEMANDE



QUE DIOS NOS LO DEMANDE
Siempre he creído que la Falange fue ideada como un grupo revolucionario de doctrina nacionalsindicalista, con dos objetivos concretos: La Unidad de España y la Justicia Social.
Ambos principios son acatados por todos los grupos sin excepción alguna.
Pues bien, ni España está unida ni por supuesto, existe justicia social. Y lo más importante, cada minuto que pasa, la situación lejos de mejorar empeora paulatinamente.
El problema de los separatismos se ha enquistado y la grieta abierta en Cataluña, se ha extendido por vasos comunicantes a las Vascongadas. Y ya no existe solución pacífica alguna. La sangría va a continuar y culminará con la escisión de ambos territorios tan españoles. La pantomima etarra del día de hoy exigiendo la libertad de una etarra y la desobediencia al mandato constitucional de colocar los símbolos reglamentarios en los edificios públicos, son fiel reflejo de la realidad.
En cuanto lo relativo a la justicia social, el paro, la crisis, la corrupción, el desprestigio de las instituciones, hacen imposible que el gobierno del Partido Popular resista más allá de unos meses.
ESPAÑA ESTA TECNICAMENTE INTERVENIDA y debemos hasta el aire que respiramos a usureros dispuestos a todo para cobrarnos la deuda como sea.
Así está la situación, so pena que alguien me demuestre que estoy equivocado y corrija mi yerro.
Y por lo tanto no me sirve el comentario “La Falange está muerta” cuando muchos estamos seguros que sería la única fuerza revolucionaria con el tejido ideológico para sacar a España del abismo donde se encuentra.
Prometo, que no me mueve afán de mando alguno y estaré siempre a las órdenes de los camaradas que se decidan y sin importarles otra cosa que resolver el problema que amenaza a la nación más importante de occidente, lo único que me mueve es mi deseo de que la nave azul se ponga en marcha. Un ruego: a los que no crean esto posible, respeto su opinión, y les pido que no pongan freno a las ilusiones de los demás.
Y si no, pues nada. Que Dios nos lo demande.   

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