lunes, 20 de mayo de 2013

LOS SINDICATOS DEL FUTURO



LOS SINDICATOS DEL FUTURO

Dentro de las reformas a acometer en España es urgente la que afecta a los sindicatos, tanto en su composición,  como en el funcionamiento y objetivos a alcanzar.
Empezando por su desfase en el tiempo: los sindicatos se crearon en el siglo XIX, como única defensa de los trabajadores frente a la patronal. Las consecuencias de la revolución francesa con el cambio de sociedad y el advenimiento del liberalismo, convirtieron a los siervos de los campos en esclavos de las máquinas. El espectáculo de las familias completas viviendo en las fábricas a la vera del tajo, la ausencia de medidas protectoras,  crearon una nueva clase social: la del obrero enfermo.
Por desgracia con el paso del tiempo, su cometido de cara a la sociedad se ha ido desvirtuando paulatinamente hasta quedar además de servir como correa de trasmisión de los partidos, en el lugar elegido para destino de holgazanes, que se han hecho ricos a costa de los demás. Prototipo de los zánganos y convidados que citaba José Antonio.
Nosotros somos sindicalistas, hasta tal extremo, que en nuestros postulados concebimos a España como un inmenso sindicato de trabajadores. Lo que sucede es que no somos tan ilusos en pensar que de la noche a la mañana el entramado de la sociedad, la podamos cambiar en base a una propuesta que ni tan siquiera está medianamente perfilada.
Ello no debe obstar para empezar a construir el edificio desde los cimientos, poco a poco, sin prisas pero sin pausa. Con perseverancia, la misma del agua que con suavidad va desgastando la roca.
En principio potenciando un sindicato falangista, capaz de incidir en el mundo laboral a base de adentrarse en los problemas de nuestros compañeros. Significando que nuestro sindicalismo es revolucionario y no reivindicativo y explicando que si bien nuestro último objetivo deberá ser la autogestión, se debe comenzar con logros más factibles como el conseguir la socialización de los beneficios y no exclusivamente de las pérdidas. A la vez del reconocimiento del trabajo humano como el factor más importante de la producción. Fomentar la cultura del mundo laboral potenciando que mediante la potenciación del trabajo artesanal, se está fomentando la satisfacción del hombre como ser útil.
La tarea es difícil, pero con una promesa de recompensa de haber servido a la transformación de la sociedad española en más justa y más libre  

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