jueves, 11 de abril de 2013

PELIGRO A LA DERECHA



PELIGRO A LA DERECHA

Desde que hace unas horas he leído la regañina que Bruselas le ha echado a Mariano Rajoy, un sudor frío me ha recorrido por todo el cuerpo. Me temo  que un nuevo machetazo está a punto de  causarnos graves heridas y como las provocadas por agresiones anteriores no han cicatrizado convenientemente y permanecen frescas y presentes convertidas en el pan de cada día. Aquí empieza mi frustración y mi amargura. ¿Cómo es posible que las decisiones a tomar por la nación más antigua y gloriosa, vengan ordenadas por prestamistas usureros al más puro estilo de una película mafiosa?
Por lo que he podido sacar en conclusión, a la Comunidad Europea, lugar en donde nos metieron los dos partidos llamados mayoritarios, le ha parecido poco el esquilme, y ha ordenado al intrépido gallego que nos obsequie con nuevos recortes y nos empobrezca un poco más caso de que eso fuese posible, lo que dudo mucho, sabiendo quienes son los demandantes y los demandasdos.
Pero mira por donde, la vejez me ha hecho desconfiado y sin dejar a una lado la amenaza de los recortes tengo la impresión que desde Europa nos han pedido reformas, pero de índole territorial, que él piensa desviar sacando de los menguados bolsillos españoles los millones que palien la situación de déficit presupuestario, a sabiendas, que por mucho que quiera estrujar la teta, la vaca, escuálida y enferma da para poco más y a lo mas tardar dos o tres meses vuelta de la burra al trigo.
Y el problema merece la solución adecuada. No soy ni más ni menos violento: tengo hijos y nietos y mientras pueda, trataré por todos los medios a mi alcance denunciar la corrupción de los miserables que nos han llevado a la misma. Unos por acción y otros por omisión con el único propósito de mantener el régimen partitocrático, lugar de mediación de políticos en muchos casos analfabetos funcionales.
Me confieso admirador de Gandhi y ya me gustaría poder incidir en el arreglo de nuestros males mediante la resistencia pasiva. Más lo presiento harto difícil. Asimismo considero que el uso indiscriminado de la violencia, aparte de no conducir a nada bueno, no es lícito que sirva para fines de rentabilidad política y no para solucionar la gravedad de los afectados por la injusticia. Entre unos y otros existe una tercera vía que es la destinada a dar con la solución.
Si la mayoría hasta ahora silenciosa no reacciona y sale a la calle con el legítimo deseo de provocar la marcha de tanto golfo, si no se unen voluntades para que actuaciones como la del tío de los bucles en el Congreso de los diputados no queden impune y si no hay una voluntad de servicio y sacrificio, seguiremos taniendo lo que hasta ahora nos hemos merecido.

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