lunes, 12 de diciembre de 2011

LA IGUALDAD QUE NO EXISTE

En el día de hoy, destacados miembros del Partido Socialista han rendido un sentido homenaje a la memoria de su máximo líder Pablo Iglesias, delante del Panteón en donde descansan sus restos. El hecho en sí, no tendría mayor importancia, si no fuera porque a seguidores de otras ideologías nos está vedado poder rezar siquiera una oración por el alma de nuestros camaradas desaparecidos,
Gracias a los medios de comunicación afines al “democrático régimen” del que goza España, sabemos que por ejemplo, a José Antonio Primo de Rivera, no se le puede rezar una oración por el eterno descanso de su alma en el lugar en donde está enterrado, por    dos razones de “peso”. En primer lugar, porque el Valle de los Caídos, que como todos sabemos ha sido cerrado al público en general, por el nefasto gobierno del Sr. Rodríguez Zapatero, aludiendo razones de seguridad que no son verdad y otras, de índole político, amparadas en la Ley de Memoria Histórica, que fue aprobada en su día a propuesta del PSOE, como muestra de desagravio a las víctimas de la zona roja. Muy especialmente, al Capitán Lozano, héroe donde los haya.
En segundo lugar, porque José Antonio, propugnaba un modelo de sociedad contrario a los postulados de derechas e izquierdas y que por ese motivo fue juzgado y condenado a muerte por un tribunal del pueblo. Juicio que como posteriormente se ha demostrado no fue ni imparcial ni por tanto justo y que los componentes del mencionado tribunal eran militantes de los partidos del Frente Popular.
Lo mas sorprendente es el cinismo de los marxistas al acusar a José Antonio de propugnar la violencia para lograr el triunfo de sus postulados y toman como ejemplo el cacareado tema de los “puños y las pistolas” que está sacado de contexto del discurso fundacional del Teatro de la Comedia.
En cambio presentan a Pablo Iglesias como un modelo de político moderado a lo que ayuda su aspecto de abuelo bueno, que como sucede con el “revolucionario de la boina” es una pose que nada tiene que ver con el talante sanguinario del apóstol socialista.
Pablo Iglesias, desde su escaño de diputado amenazó con tomar las armas si no se cumplían sus propósitos revolucionarios. Alentó a sus masas en pos de la toma de las calles y amenazó de muerte a los miembros de los partidos burgueses. Solo su muerte, ocurrida años antes de la proclamación de la República, le impidió llevar a cabo sus propósitos.
A este hombre es al que año tras año, la plana mayor del PSOE, le llena de flores los alrededores de su panteón y le dedican sentidos discursos de admiración y cariño.
Todo ello me parece muy bien. Es de bien nacidos el recordar a los muertos. Lo que no es de recibo, lo que dice muy poco en favor de la interpretación que los falsos demócratas hacen de la justicia, es que a los demás no nos permitan hacer lo mismo con los nuestros.
Según la Constitución, todos los españoles somos iguales ante la Ley. Lo que sucede, es que unos son mas iguales que otros.

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