LA ILUSION QUE VUELVE
Dentro de unos días un grupo de españoles a lo que
no nos gusta esto, nos vamos a juntar; a ver si Dios nos ilumina y somos
capaces e inteligentes para poner el
barco en la mar. Solo eso. Después serán otras personas las que tengan que
hacer el resto de la singladura y llevar la nave al puerto deseado. Por
supuesto los viejos lobos de mar estarán cerca de la tripulación como un Senado
al que hay que atribuirle tantos méritos por su experiencia como por su
sapiencia. Pero con una condición “sine quanon”: Nosotros si somos demócratas,
y asumimos la separación de poderes, este Senado legislará y juzgará pero nunca
asumirá funciones ejecutivas.
Lo mas curioso es que si alguien me pregunta por la
ideología, la estrategia o la organización de sus integrantes, me causaría un
problema de los gordos.
Porque no sabemos como queremos que sea la criatura;
lo que si sabemos, es como no queremos que sea.
Por este motivo ya les rogaría a aquellos que
decidan ir –que es su derecho- con la intención de asistir a la creación de un
nuevo partido al uso. Los que añoren gobernantes anteriores, conmemoraciones
luctuosas y medallas colgando, que no dudo del merecimiento de su concesión,
entiendan que nuestro siglo y sobretodo el de nuestros hijos y nietos, queda
muy lejos del modelo de sociedad que ellos ofrecen a España. Ello no obsta,
para que todo aquel que lo desee, ocupe un lugar en la sugestiva misión que
vamos a empezar lo único que tienen que hacer es aligerar el equipaje arrojando
el lastre obsoleto por la borda.
La criatura está en embrión y no sabemos si verá la
luz. Muchas y difíciles vicisitudes tendrá que salvar. Mucha generosidad y
espíritu de servicio se necesitará por parte de todos para que la madrina de
honor estampe al fin el champan en su casco y se deslice hasta la mar.
Es una cuestión peliaguda y no por ello, nos vamos a
dar por vencidos antes de empezar. Tampoco que de un primer contacto salgan
muchas cosas en concreto. Solo con el paso del tiempo y por supuesto con el
trabajo cotidiano alejado de acciones puntuales efectivitas, se podrá decir que
algo nuevo, no se el qué, está en la calle.
Si tienes inquietudes, porque eres consciente de que
a la situación actual le queda poco para su descomposición, si entiendes que
hay algo nuevo que ofrecer a la sociedad, acércate y entra en materia sin
importar el color de las ideas que pongas en lo alto del tapete. España, por
tradición, historia, cultura y sacrificio de los antiguos españoles, no se
merece el bochornoso espectáculo que ofrecen los políticos sean del color que
sean y espera ansiosa una corriente renovadora para cambiar las cosas.
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